Continuamos reproduciendo la historiera con Woody Allen como protagonista. Disfrutenla.
Fuente: Woody Allen, un libro de humor (1), Editorial Nueva Imagen, Mexico 1980.
Datos personales
- Julio Diz
- Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de El Revisionista, Series de antología, y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.
sábado, 24 de diciembre de 2011
martes, 13 de diciembre de 2011
Woody Allen, finalmente baja la guardia.
Por Greg Braxton
Woody Allen es uno de los cineastas más conocidos y distintivos de los Estados Unidos, pero también es sumamente difícil de alcanzar, personal y profesionalmente, debido a que una de sus actrices favoritas, Scarlett Johansson, lo describe como de una "timidez paralizante".
Rara vez concede entrevistas, incluso para promover sus películas, no aparece en programas de televisión y ha rechazado numerosas peticiones de la industria del cine para ser homenajeado o ser premiado por su trayectoria.
Sin embargo, Allen ha aceptado finalmente rodar un documental sobre su vida y carrera, de dos partes, "American Masters", documental titulado provisionalmente "En serio, divertido - El arte cómico de Woody Allen", que se estrenará el 20 de noviembre. El documental contará con clips de la vida de Allen, realizaciónes de stand-up en programas de variedades, en la década de 1960, tambien se muestra la visita a su viejo barrio de Nueva York y una muestra de clips de varias de sus películas precedentes, entre ellas "Annie Hall", "Manhattan" y "Match Point . "
En el documental también presenta al cineasta de 75 años, que está disfrutando de su mayor éxito, "Medianoche en Paris".
Robert Weide, quien produjo el documental y realizó varias entrevistas con Allen, dijo que tomó la persistencia durante varios años para convencer a Allen para dar una idea de su trabajo, pero finalmente lo convenció en 2008 cuando "ya era hora". El proyecto se puso de relieve el domingo en un panel de discusión durante la reunión de la Asociación de Críticos de Televisión. realizada en Beverly Hills.
"No lo puedo soportar", dijo Weide de Allen al referirse a la aversión de los cineastas a ser el centro de atención o de recibir honores. Si el Centro Kennedy se le incluye en su reconocimiento anual a los artistas, podría pasar la mayor parte de su tiempo detrás del escenario "vomitando", dijo Weide.
Pero Allen merece ser reconocido como el "cineasta independiente por excelencia", dijo Weide. "Las personas que financian sus películas no leen sus guiones, ni siquiera tienen un esquema. Lo suyo es, ofrecer sus películas en el tiempo y en presupuesto, y nadie puede meterse con eso."
También se muestra como un artista muy específico y crítico sobre su obra. Él cuenta con "La rosa púrpura de El Cairo", como una de sus películas favoritas, mientras que resta importancia a las películas más populares como "Annie Hall" y "Manhattan".
Allen no da comentarios a la dirección de sus intérpretes, una actriz que han trabajado con él, Mira Sorvino, quien ganó un Oscar a la mejor actriz de reparto por su interpretación de una prostituta con problemas, en "Poderosa afrodita", dijo que la animó a utilizar el script sólo como un modelo, y usar sus instintos para dar cuerpo a su personaje.
"Fue como ser tratada como una artista, no una artesana", dijo. "Fue muy liberador y aterrador."
la vida personal de Allen y sus relaciones con las mujeres también ha provocado críticas. Su romance y posterior matrimonio con Soon-Yi Previn, la hija adoptiva de la ex amante Mia Farrow, provocó un escándalo que dañó su carrera.
"Las controversias personales "podrían haber sido perjudiciales por un tiempo", dijo Mariel Hemingway, que fue nominada a un Oscar por interpretar a la menor de edad junto al personaje de Allen en "Manhattan". En esa película, la pareja se muestra muy sexual.
"Pero él es un genio creativo", dijo Hemingway. "Es un artista. Eso no quiere decir que no sea una persona extraña, o tome decisiones que no estén de acuerdo con uno."
jueves, 8 de diciembre de 2011
Woody Allen y Roberto Benigni, la nueva pareja.
Por Ricardo Albillos
Woody Allen filma su nueva comedia, "Bop Decameron”, en 69 lugares distintos de Roma, en lo que parece un homenaje a la capital italiana.
El actor italiano Roberto Benigni (i) durante el rodaje de la película "Bop Decameron" en Roma, Italia. Foto EFE
Madrid, España.- Benigni y Allen son una nueva pareja cinematográfica. El actor italiano da vida a Leopoldo Pisanello, un hombre de mediana edad que, sin esperarlo, pasa a ser famoso y perseguido por los paparazis, algo muy común entre las celebridades de hoy en día y que recuerda a los famosos fotorreporteros de Federico Fellini, cuando perseguían a la espléndida Anita Ekberg por las calles de la Roma en blanco y negro de “La dolce vita” (1960).
Y es que, en cierto sentido, esta nueva película de Allen pretende ser, como ha reconocido el propio director de “Midnight in Paris”, "un homenaje a Fellini y a otros grandes directores italianos", además de a la propia Roma.
Igual que en aquella película de 1960 protagonizada por Marcello Mastroianni, en ésta el nuevo “famoso”, Roberto Benigni, es perseguido por periodistas y fotógrafos, como en la secuencia que hace unos días se rodó en la céntrica plaza de "Campo dei Fiori".
Gracias a este rodaje tan vivo, de un escenario a otro, de una recóndita plazoleta a otra, del Campo de Fiori, al museo del Ara Pacis, este verano las calles de Roma han cobrado un nuevo brillo porque se han vuelto a convertir en un improvisado plató.
Desde el pasado 11 de julio, Woody Allen rueda el filme "Bop Decameron", inspirado libremente en cuatro episodios del “Decameron”, de Giovanni Boccaccio, y el equipo prevé terminar de grabar a finales de agosto.
Entre el sinfín de lugares romanos donde ya han rodado, por ejemplo se pudo ver al director estadounidense en el museo del Ara Pacis presenciando un desfile de modelos, tocadas con velos y cónicas pelucas de flores.
El personaje al que da vida Benigni se encuentra allí con una chica, cuando descubre a un numeroso grupo de periodistas que intentan fotografiarle. En ese momento, el italiano sale corriendo e intenta huir por las estrechas calles del centro histórico romano, pero se topa con una procesión religiosa que le impide continuar el paso. Finalmente, consigue alcanzar una gran limusina que le aleja momentáneamente de sus perseguidores.
Entre el elenco de famosos que intervienen en la cinta, destacan también Alec Baldwin, Ornella Muti, Ellen Page o Jesse Eisenberg, protagonista de “Red social”, así como la española Penélope Cruz, con quien Allen ya había trabajado en "Vicky, Cristina, Barcelona", lo que le valió un Óscar a la intérprete.
SIEMPRE ROMA
Antes del comienzo del rodaje, el director neoyorquino reconoció que "Roma es una ciudad bellísima". Para buscar los lugares donde filmar visitó el Campidoglio, sobre una colina romana, un edificio precedido de una escalinata y una plaza diseñada por el artista italiano Miguel Ángel: "Estas vistas son un espectáculo, un sueño. Son fantásticas, de verdad", advirtió Allen.
Ésta es la primera vez que el estadounidense ambienta una película en Roma, después de haberlo hecho en otras grandes ciudades europeas, como Londres o Barcelona. No obstante, Allen conocía ya el interior del Campidoglio, porque en el año 2002 interpretó allí el clarinete con su banda de jazz "New Orleans Jazz Band Live".
Después, de visitar una escuela de cine de Roma, llamada Centro Experimental de Cinematografía, el director de “Annie Hall” aconsejó a los jóvenes alumnos dejar de lado las reglas y seguir el instinto de cada uno. "Chicos, seguid vuestro instinto, intentad entender qué cosas necesitáis, olvidaros de las críticas o de las cosas que os digan en la escuela y seguid hacia delante", señaló, para después añadir que "el resto es suerte".
Con “Bop Decameron”, Allen quiere ser fiel a sus propios hábitos de trabajo, por lo que el filme podría estar preparado para primavera y listo su estreno, quizás, para el Festival de Cine de Roma de 2012.
Fuente: Diario Vanguardia de Mexico http://www.vanguardia.com.mx/woody_allen_y_roberto_benigni,_la_nueva_pareja-1074311.html
martes, 29 de noviembre de 2011
Los actores de Woody: Lou Jacobi.
El actor Lou Jacobi, falleció el 23 de octubre a la edad de 95 años. Apareció en Broadway y en películas que van desde Irma la Dulce a Mi año favorito.
Lou Jacobi nació Louis Harold Jacobovitch el 28 de diciembre de 1913 en Toronto. Empezó a actuar a una edad temprana, aparece en El rabino y el sacerdote en un teatro de Toronto en 1924, fue un niño prodigio del violín. Como adulto, trabajó como director de teatro de la YMHA Toronto, director social en un centro vacacional de verano, comediante, y como entretenimiento en funciones tales como despedidas de soltero y bodas. Jacobi fue a Londres, donde apareció en Guys and dolls, musicales americanos y Pal Joey. En 1952, fue parte de una actuación en el London Palladium.
Jacobi realizó su debut cinematográfico en la película británica de 1953, Es su luna de miel realmente necesaria. Hizo su debut en televisión en un episodio de Douglas Fairbanks Jr. Presenta en 1953. Fue en 1955 que hizo su debut en Broadway, interpretando el Sr. Van Daan en El Diario de Ana Frank. Que repetiría en la adaptación cinematográfica de 1959. Ese mismo año actuó en Broadway en la obra El décimo hombre.
Jacobi se mantuvo ocupado en los años sesenta. En el cine apareció en Irma la Dulce, El último de los agentes secretos, Penelope y Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar. En televisión como estrella invitada en The Defenders, El agente de CIPOL, y Esa chica. En Broadway apareció en Come Blow Your Horn, Fade Out - Fade In y No bebas el agua. En los años setenta apareció en películas como Harlem, Barrio bohemio, Roseland, y El mago de Lublin. En la televisión fue principal intérprete en el programa de televisión Iván el Terrible en el verano de 1976. También fue estrella invitada en el show de Dean Martin, El noviazgo del padre de Eddie, Love American Style, Barney Miller, y Sanford and Son. En Broadway apareció en Norman es que tú, Héroes insólitos, The Sunshine Boys, y Los tramposos.
En los años ochenta apareció en las películas Chu Chu y el flash de Filadelfia, Mi año favorito, Littlefeathers Isaac, y La esposa del jefe ". Actor principal en la serie Melba 1986, y fue estrella invitada en Demasiado cerca para la comodidad, San Elsewhere. Otra parte, y LA Law. Fue en los años noventa que hizo su aparición en la última película, en No compro besos más y Coeficiente intelectual
Lou Jacobi era un actor versátil capáz de jugar muchos papeles. Él podía interpretar a un genio, como amigo de Albert Einstein, en Coeficiente intelectual o alguien menos que honorable, como el señor Van Daan en El Diario de Ana Frank. En su carrera interpretó caracteres cómicos y étnicos, papeles dramáticos con la misma facilidad. En pocas palabras, él era uno de los mejores personajes de la última parte del siglo XX.
Largometrajes
IQ (1994), Kurt Gödel.
Avalon (1990) como Gabriel Krichinsky.
Amazonas en la Luna (1987) como Murray.
El Boss 'Wife, (1986), Harry Taphorn.
El Lucky Star, (1984) como Elia Goldberg.
Arthur (1981) como dueño de la planta de almacenamiento.
Mejor tarde que nunca (1979), Milton Cohen.
El mago de Lublin, (1979), Wolsky.
Roseland (1977) como Stan.
Café, té o yo? (1973) como camarero.
La Juez y Jake Wyler, (1972) como el teniente Wolfson.
Little Murders (1971) como juez severo.
La batalla de Retorno del amor (1971) como cabeza parlante.
Penélope (1966), Ducky.
Irma La Dulce (1963) como bigote.
Sueño de amor (1960), Potin.
El diario de Ana Frank (1959) como el Sr. Hans Van Daan.
Un chico para dos cuartos (1956) como Blackie Isaacs.
Especiales
juicio de Adolf Eichmann, El (1997) como la voz del juez Yitzhak Raveh.
Deep Dish TV (1990) como Floyd Miller.
Old Reliable, El (1988) como Jacob Glutz.
Día de los Niños se hizo cargo, El (1986) como el alcalde de R Van Winkle.
Arena, La (1986) como "Stormtrooper" Bernie Sagowitz.
San Pedro (1981) como Max.
Retaguardia (1976) como Raskin.
Ed Sullivan en Broadway (1973)
Allan (1971) como Harold Fisher, padre.
Fuente: Una cubierta de los pensamientos, http://mercurie.blogspot.com/2009/11/actors/lou-jacobi-and-collin-wilcox.html
jueves, 17 de noviembre de 2011
La entrevista.
Lleva 30 años haciendo películas (acaba de rodar la vigesimooctava) y proyectando a través de ellas sus obsesiones, neurosis y ansiedades. Pero, a pesar de haber creado a partir de sí mismo el personaje ficticio de más larga trayectoria en la historia del cine, niega parecerse a sus alter egos fílmicos. El pasado diciembre cumplió 62 años y se casó por tercera vez. Cuatro días antes de su enlace con Soon-Yi Previn, y en una suite del Hotel Palace barcelonés, Allen desprendía seriedad, autoconfianza e imperturbabilidad. Genial cineasta prolífico y hombre público de reciente perfil controvertido, su discurso y talante radian serenidad.
Pregunta.-Lleva cinco años siendo protagonista de noticias escandalosas alimentadas por los medios sensacionalistas. Sin embargo, no ha dejado de trabajar. ¿No logra el escándalo afectar a su vida profesional y personal?
Respuesta.-No. Y, al principio, fui el primer sorprendido. No sé si llamarlo virtud, pero he llegado a saber compartimentar las cosas de una manera incluso sorprendente para mí. Esto me ha permitido no alterar mi vida en base a lo que algunas personas poco honestas y cierta prensa han dicho o publicado sobre mí. Considero que la acción es un antídoto para la ansiedad. De alguna manera, he podido seguir haciendo mis películas y mi música, he ido a juicios para defender mis derechos ante mis hijos y, aunque me considero víctima de una injusticia judicial, he continuado mi vida habitual.
P.-¿Cómo es un día habitual en su vida?
R.-Tranquilo, quizá incluso le parezca aburrido. Escribo todos los días, sin excepción. Bueno, sí. Una, ayer, en París. No pude escribir por dos razones: un constipado y tener que coger un avión a Barcelona. Por lo general, me levanto no muy tarde y trabajo. Escribo, salgo a comer, practico mi música, vuelvo a escribir, veo algún partido interesante, si lo hay, en la televisión o en alguna cancha, y no hago ningún tipo de vida pública. No soy una persona social.
P.-Los dos últimos personajes que ha creado para sí mismo, el Joe Berlin de Todos dicen te quiero, y Harry Block de Los secretos de Harry, han sido escritores. El último, en pleno bloqueo creativo. ¿Ha sufrido algún estado mental parecido?
R.-Nunca, jamás, no sé lo que es. Sólo recuerdo haber sufrido pánico escénico el primer día, fue en 1960, en que escenifiqué mi primer one man show en el club Blue Angel, de Nueva York. No vomité, pero no pude comer en todo el día. Pero, desde hace 40 años, escribo todos y cada uno de los días de mi vida. Escribir es mi vida. Y siempre escribiré. Nadie va a lograr que me detenga.
P.-El público tiende a relacionarle con los personajes que interpreta, como si sus películas fueran episodios autobiográficos. ¿Cuánto hay de cierto en ello?
R.-Una película es un acto creativo, y ésa parece ser una idea a la que no mucha gente parece acostumbrarse. Las relaciones que he descrito con mujeres no son las mías... en su totalidad. O cuando un personaje va al psiquiatra, es una parte de la narración. Parece que hay que hacer un esfuerzo de imaginación suplementario para no relacionarme con todos mis personajes.
P.-Sin embargo, ¿considera Los secretos de Harry una de sus películas más personales?
R.-Harry habla por mí, lo hace en mi nombre: sus ideas filosóficas, sus pensamientos acerca de las relaciones entre la gente, sus opiniones sobre la religión judía o las demás religiones... todo lo que dice a lo largo de la película expresa mis sentimientos más profundos acerca de las cosas que pienso. Pero, esto ocurre también en la película que acabo de rodar, Celebrity. Lo que ocurre es que Harry no es como yo: yo no vivo su vida. Si lo hiciera, con todo ese ajetreo de mujeres, alcohol, sabotajes sentimentales, pastillas, mentiras y traiciones emocionales, no tendría tiempo para crear. Es un personaje muy extremo y por eso, divertido. Pero, filosóficamente habla por mí.
P.-Harry Block es neurótico, infiel, creativo, mujeriego... ¿No teme que el público pueda establecer afinidades entre usted y el personaje que interpreta?
R.-En primer lugar, no quise interpretar el papel, en absoluto. Busqué a los actores que me parecían idóneos para el personaje: Dustin Hoffman, Elliott Gould, Robert de Niro, Robin Williams, Albert Brooks... pero todos estaban de gira o en otra película. A mi pesar, me tuve que contratar. Soy el último actor en el que pensé, lo cual no me convierte en el más idóneo. Y, en segundo lugar, no soy en la vida real lo que parezco ser en el cine. Los personajes que creo para mí tienden a ser exagerados para resultar graciosos. En esta película soy cobarde, histérico, nervioso, incompetente y neurótico. Y en la vida real... sólo comparto algunos de esos defectos.
P.-¿Es cierto que quiso subtitular la película, El peor hombre del mundo?
R.-Sí, porque es un tipo desagradable, vacío, superficial y obsesionado sexualmente. Aunque él, en su defensa y cuando una de sus mujeres le acusa de ser el peor hombre de mundo, dice que es el cuarto en la lista, tras Hitler, Goebbels y Goering.
"Mi prioridad ahora es el amor, es la mujer que está conmigo, Soon-Yi Previn
P.-Su humor es muy cruel, ¿hasta dónde puede llegar y qué es capaz de sacrificar por un buen chiste?
R.-Cualquier cómico profesional de cabaret, cine, teatro o televisión aspira a llegar muy lejos por un buen chiste, por alcanzar la carcajada de su audiencia. Yo suelo ir extremadamente lejos, aunque escribo líneas que no pretendo que hieran. Pero suelo ir muy lejos, sobre todo si soy yo el personaje central y los chistes son sobre mí. Aspiro a crear carcajadas, pero lo único que quiero evitar es insultar la inteligencia del público.
P.-Al igual que usted, Harry se relaciona con numerosas mujeres bellas, inteligentes y jóvenes.
R.-Las mujeres de la película son mucho más superiores que él. Son jóvenes, inteligentes, competentes, estables y fuentes de su inspiración. Pero, les hace algo terrible, convertirlas en sus víctimas, algo que no puede evitar por el componente autodestructivo de su carácter. En mi vida personal, siempre he encontrado a las mujeres más fiables, sustanciales y con mayores contenidos que los hombres. Y también, por lo que observo alrededor de mí, sienten una mayor afinidad con la vida que los hombres. De hecho, mis mejores y más largas relaciones de amistad, las mantengo con mujeres. .
P.-Usted ha sido comparado con Chaplin en genio y en lo prolífico. Ambos comparten haber creado en plena libertad y con el control absoluto sobre sus obras.
R.-Le considero un creador infinitamente superior a mí. En mi caso, me siento afortunado. Puedo hacer la película que quiero, con el total control sobre todo. Puedo hacer una comedia o un drama y elegir a los actores. Todo eso gracias a un grupo de gente que me da apoyo y libertad, y yo no he hecho nada para merecerlo. Me ha sido dado por personas llenas de generosidad.
P.-¿Ve sus películas antiguas?
"Me considero víctima de una injusticia judicial"
R.-No las he vuelto a ver, sobre todo aquellas que realicé en los años sesenta. Me resultaba una experiencia brutal, siempre pensando en que querría rehacerlas, para mejorarlas. Si pudiera, de cada una de ellas cambiaría diez escenas que hoy me resultan embarazosas. Dejar de verlas me evita sentirme deprimido durante semanas.
P.-Los estrenos de sus películas son acogidos como eventos y tiene un público extraordinariamente fiel.
R.-Es algo que no me explico. Yo he tratado justamente de que ocurriera lo contario: de que ninguna película mía fuera un acontecimiento. Yo simplemente amo hacer una película. No leo las críticas ni sigo los resultados en taquilla. Las hago, las dejo a un lado e intento hacer otra. En eso es en lo que encuentro el máximo placer. El resto no es más que incertidumbre y azar.
P.-¿Qué es el éxito para usted?
R.-Poco menos que nada. El éxito aporta menos alegría de lo que se piensa, está sobrevalorado. En cuanto al fracaso, tampoco es tan terrible como se dice. Por eso, lo que hago es concentrarme en el trabajo. Yo ruedo una película, la estreno y hay gente que va a verla. A veces me preguntan, ¿cuál es su público? Jamás lo he sabido.
P.-¿Con qué se quedaría si se viera obligado a elegir entre el trabajo y el amor?
R.-Elegiría... nunca he sido un perfeccionista, al contrario, soy un imperfeccionista y el trabajo no ha sido nunca mi prioridad. Trabajo mucho, pero tengo otras prioridades. Pero, ciertamente, el amor es para mí personalmente más prioritario que el trabajo. Mi prioridad ahora es el amor, es la mujer que está conmigo.
P.-Usted ha permitido en el documental Wild Man Blues filmar su relación privada con Soon-Yi.
R.-Sí, porque es mi mejor relación, la más armónica, tranquila y feliz que he tenido nunca. Ella es una mujer estupenda que me hace muy feliz.
Fuente: Revista El mundo, España, http://www.elmundo.es/magazine/num117/textos/entrevista1.htm
jueves, 10 de noviembre de 2011
Sí, la cosa funciona.
Por José Luis Caviaro, 19 de octubre de 2009
Todos los años acudo al cine, con gran ilusión, a ver lo nuevo de Woody Allen. Como ya sabeis, es uno de mis cineastas favoritos. Una de las ventajas de ser un fan del neoyorquino es que trabaja con una regularidad impresionante, así que no hay que esperar demasiado para ver su último trabajo. Claro que esto, paradójicamente, dota de una cierta irregularidad a su cine, pudiéndose uno encontrar con que un año entrega una película maravillosa, y al siguiente un entretenimiento pasajero. En todo caso, salvo alguna mala cosecha, el cineasta no suele caer bajo.
Precisamente, sentía especial interés por ver ‘Whatever Works’ para quitarme el mal sabor de boca que me dejó la que considero que es su peor obra, ‘Vicky Cristina Barcelona’, cuya mediocridad me dejó perplejo hace un año, planchado en la butaca. La primera vez que Woody Allen rodaba en España, sí, pero miremos lo que hizo cuando rodó en Londres… El cineasta debió revisar muy poco uno de sus peores guiones, y a los productores españoles les traería sin cuidado, pensando en lo que iba a recaudar una comedia donde Scarlett Johansson y Penélope Cruz se metían mano. En fin, un mal año. Desde hace una semana está en nuestros cines la siguiente, que afortunadamente es mucho mejor.
Decía Allen recientemente, mientras rodaba su nueva película (de nuevo en Londres), que nunca piensa en el título hasta que el trabajo ya está terminado, y ve el resultado completo. Entonces lo decide, según crea que es buena o mala, dando una pista al público, para que no se lleve un chasco. Si esto es así, y no otra broma de un hombre íntimamente vinculado al humor, parece que el director no apostaba demasiado por ‘Whatever Works’, traducida feamente en nuestro país como ‘Si la cosa funciona’.
En realidad, dejando a un lado las suposiciones, el título le viene estupendamente a la película. Primero, porque es una frase que el protagonista usa en varias ocasiones, para destacar la escasa relevancia (verdadera) de nuestros actos; segundo, porque la película, aun con sus errores y la modesta potencia de su motor, funciona, consigue su propósito, divierte y hace reflexionar. De hecho, el principal problema de ‘Whatever Works’ es que Woody Allen ya ha filmado otras como ésta, y le han salido mejores, más completas. Si por el contrario, esta película nos hubiera llegado un par de décadas atrás, el impacto sería mayor, y también su valoración.
Así podía haber sido, si Allen no llega a guardar el guión en ese famoso cajón a donde van todas sus ideas, hasta que llega el momento apropiado para rodarlas. Al parecer, escribió la historia de ‘Whatever Works’ pensando en que Zero Mostel interpretaría al protagonista; la muerte del cómico, en 1977, hizo que Allen se olvidara del guión. Treinta años después, ante la amenaza de huelga de los actores, el director de ‘Annie Hall’ se acuerda de la vieja historia de Boris Yellnikoff. La reescribe, actualizando las referencias políticas, y se lo entrega a su equipo de casting, con la esperanza de encontrar al protagonista adecuado.
A diferencia de lo que se ha aventurado en muchos textos sobre la película, Allen nunca se planteó dar vida a Boris, porque no se parece a él. Según sus propias palabras, el personaje es demasiado antipático para que él lo pudiese encarnar adecuadamente, el público no se pondría en su lugar, lo rechazaría; necesitaba a alguien que pudiera insultar y menospreciar a los demás, pero que al mismo tiempo cayera bien, resultara simpático. Cuando se le dio a Allen el nombre de Larry David, todo cobró sentido. David ya había trabajado para él en un par de ocasiones (en ‘Días de radio’ e ‘Historias de Nueva York’), pero ésta sería la primera vez que tendría un papel importante. Y lo cierto es que está perfecto, es justo lo que necesitaba este guión.
La película se beneficia del gran trabajo de Larry David, pero para que el conjunto funcionara era necesario igualmente encontrar a una actriz que encajara en el molde de Melodie St. Ann Celestine, una de las chicas clásicas del cine de Allen. Es la chica tonta, ingenua, muy viva y alegre (posiblemente por ser tonta), el contrapunto perfecto para el protagonista, pesimista y amargado, con la idea del fin del universo siempre en mente. Uno ve a David en el personaje y cree firmemente que el hombre no haya necesitado mucho esfuerzo para interpretarlo (recomiendo desde aquí su desternillante serie ‘Curb Your Enthusiasm’). No sé hasta qué punto Evan Rachel Wood es como Melody, pero lo cierto es que la chica está impecable. Al parecer, el acento sureño lo incorporó después de que Allen le diera el papel, lo cual viene a confirmar que Wood se tomó muy en serio el trabajo.
La película brilla cuando gira en torno a estos dos personajes, Boris y Melody, pero pierde fuerza cuando se desvía para contarnos otros encuentros, otros romances (Henry Cavill es muy guapo, pero tiene el talento de un muñeco de cera) y otras vivencias paralelas. Cuando el destino, siempre presente en el cine de Allen, trae a escena a los padres de Melody (Patricia Clarkson y Ed Begley Jr.), baja bastante el interés, pues aunque haya momentos simpáticos a costa de estos dos personajes, con los que el neoyorquino puede jugar ampliamente, se interrumpe lo que verdaderamente importa, la relación entre el tipo trágico y la chica cómica, dando la impresión de que se han unido, torpemente, dos historias en un mismo guión.
Pasando por alto la escasa fortuna de Allen en este aspecto, y que se llegue a un desenlace que me parece muy forzado, creo que ‘Whatever Works’ es una de sus mejores películas. A mi compañera Beatriz no le parece que funcione, y estoy seguro que no es la única que lo piensa. Es una película muy irregular, llena de imperfecciones, pero también, sobre todo, con grandes aciertos. Logró hacerme reír a carcajadas (creedme, no soy de los que se ríen fácilmente en una sala de cine) y las reflexiones del protagonista sobre la vida y la sociedad son viejas, pero no dejan de ser acertadas y necesarias. La vida puede ser triste y monótona, corta y fugaz, pero siempre podemos recurrir al cine de Woody Allen, profundo y divertido.
Fuente: Blog de cine.
sábado, 5 de noviembre de 2011
Selecciones de los memorándums de Allen.
Por Woody Allen
Los pasajes siguientes han sido tomados del hasta ahora secreto diario íntimo de Woody Allen que se publicará póstumamente o después de su muerte, lo que suceda primero.
Esperar a que la noche llegue a su fin se me hace cada vez más duro. Ayer experimenté la incómoda sensación de que unos cuantos hombres intentaban irrumpir en mi cuarto para lavarme la cabeza. Pero ¿Por qué? Estuve imaginándome que vislumbraba formas tenebrosas, y a las tres de la madrugada la ropa interior que arrojé sobre una silla me pareció el Kaiser con patines. Cuando por fin logré dormirme, volví a padecer ese horrible sueño en el que una ardilla trata de cobrarme como premio en una rifa. Desesperanza.
Creo que me consunción empeora. Y también mi asma. El jadeo va y viene, y siento vahídos cada vez más frecuentes. Me poseen ahogos y desmayos violentos. Mi habitación está húmeda y sufro escalofríos y palpitaciones continuamente. Observo, también, que me he quedado sin Kleenex. ¿Acabará esto alguna vez?
Idea para un cuento: Un hombre se despierta y descubre que su loro ha sido nombrado Subsecretario de Agricultura. Los celos le consumen y se pega un tiro, pero desgraciadamente la pistola es de ésas que sale una banderita que pone “Bang”. La banderita le saca un ojo, pero sobrevive… un ser humano redimido que, por primera vez, disfruta de los placeres elementales… de la vida, tales como labrar la tierra o sentarse sobre una manga de riego.
Pensamiento: ¿Por qué mata el hombre? Mata por comida. Y no sólo por comida: con frecuencia debe ser por bebida.
¿Debo casarme con W.? No, si no me revela las restantes letras de su nombre. Pero, ¿y su carrera? ¿Cómo voy a pedirle a una mujer de su belleza que renuncie al Campeonato de Patinaje? Decisiones…
Una vez más he intentado suicidarme… esta vez mojándome la nariz para meterla en el enchufe de la luz. Infortunadamente, se produjo un cortocircuito y sólo conseguí que explotase la nevera. Obsesionado siembre con la idea de la muerte, cavilo sin cesar. Sigo preguntándome si existe vida más allá de la muerte, y si la hay ¿le cambiarán a uno un billete de veinte pavos?
Me encontré hoy con mi hermano en un funeral. No nos habíamos visto desde hacia quince años, pero como de costumbre se sacó una vejiga de cerdo del bolsillo, y empezó a golpearme con ella en la cabeza. El tiempo me ha ayudado a comprenderle mejor. Por fin he comprendido que su observación acerca de que soy “una abominable sabandija digna de exterminio” viene dictada más por la compasión que por la ira. Reconozcámoslo: ha sido siempre mucho más brillante que yo… más ingenioso, más culto, mejor educado. El porqué continúa trabajando en Hamburguesas McDonald’s es un misterio.
Idea para un cuento. Unos castores se adueñan del Carnegie Hall y representan “Wozzeck” (Tema consistente. ¿Cuál será la estructura?)
Dios mío, ¿por qué me siento tan culpable? ¿Será porque odié a mi padre? Probablemente la causa está en el incidente de la ternera alla parmigiana. Bueno, ¿Qué hacía eso en su cartera? De haberle escuchado, ahora estaría ahormando sombreros para ganarme la vida. Me parece que le estoy oyendo: “Ahormar sobreros… ¿concibes algo mejor?” Recuerdo su reacción cuando le dije que pretendía dedicarme a escribir. “Lo único que tú escribirás será en colaboración con un búho” Sigo sin tener ni idea de lo que quiso decir ¡Qué hombre tan triste! Cuando representaron en el Liceo mi primera obra, “Un quiste para Gus”, se presentó la noche del estreno con frac y careta antigás.
Hoy vi un crepúsculo rojo y gualda y pensé ¡Que insignificante soy! Naturalmente, también pensé eso ayer, y llovió. Me sentí asaltado por el odio hacia mí mismo, y proyecté de nuevo suicidarme… esta vez por el sistema de aspirar hondo cerca de un viajante de seguros.
Relato breve: Un hombre se despierta por la mañana y se descubre convertido en el arco de sus propios pies. (Esta idea puede funcionar a muchos niveles. Psicológicamente, es la quintaesencia de Kruger, el discípulo de Freud que descubrió la sexualidad en el bacon.)
¡Qué equivocada estaba Emily Dickinson! La esperanza no es “esa cosa con plumas”. La cosa con plumas ha resultado ser mi sobrino. Tengo que llevarle a un especialista en Zúrich.
He decidido romper mi compromiso con W. No comprende lo que escribo, y la pasada noche declaró que mi Crítica de la Realidad Metafísica le recordaba Aeropuerto. Nos peleamos, y volvió a tocar el tema de los niños, pero la convencí de que resultarían demasiado jóvenes.
¿Creo en Dios? Creía en el hasta el accidente de mamá. Se cayó encima de un pastel de carne, lo cual exacerbó su melancolía. Estuvo en coma durante meses, incapaz de hacer otra cosa que no fuese cantarle “Granada” a un arenque imaginario. ¿Por qué esta mujer en la primavera de la vida se sentiría tan afectada…? ¿Sería porque en su juventud osó desafiar las convenciones y contrajo matrimonio con una bolsa de papel marrón en la cabeza? ¿Y cómo puedo creer en Dios si la semana pasada me pillé la lengua en el rodillo de una máquina de escribir eléctrica? Me siento atormentado por las dudas. ¿Y si todo es una ilusión y nada existe? En tal caso, he pagado demasiado por la alfombra. ¡Si al menos Dios me enviase una señal clara! Como hacer una cuantiosa imposición a mí nombre en un banco suizo.
Hoy tomé café con Melnick. Me habló de su idea de vestir de gallinas a todos los funcionarios del gobierno.
Idea para una obra: Un personaje inspirado en mi padre, pero sin el dedo gordo del pie tan prominente. Le mandan a la Sorbona para estudiar armónica. Al final, muere, sin consumar jamás su único sueño… tomar un baño de asiento con salta tártara. (Veo un brillante telón para el segundo acto, cuando dos enanos se encuentran con una cabeza decapitada en una remesa de pelotas de vóleibol.)
Al dar hoy mi paseo del mediodía, me asaltaron nuevos pensamientos mórbidos. ¿Qué hay en la muerte que tanto me desazona? Los horarios. Melnick afirma que el alma es inmortal y que continúa viviendo después de morir el cuerpo, pero si mi alma existe sin mi cuerpo, estoy convencido de que todos mis trajes le vendrían demasiado grandes. Oh, bueno…
No he tenido que romper con W. después de todo, pues por un golpe de suerte se ha fugado a Finlandia con un fenómeno de circo. Todo sea para bien, supongo, aunque tuvo otro de esos ataques en los que empiezo a toser por las orejas.
La noche pasada eché al fuego todas mis obras y mis poemas. Irónicamente, mientras quemaba mi obra maestra, Pingüino sombrío, la habitación se incendió y ahora me ponen un pleito unos individuos llamados Pinchunk y Schlosser, Kierkegaard tenía razón.
Extraído de “Sin plumas” de Woody Allen, cuadernos ínfimos 71, Tusquets Editores, octubre 1978.
domingo, 30 de octubre de 2011
Maestros del Cine. Cahiers du Cinema: Woody Allen
Florence Colombani analiza en este libro la filmografía del director de 'Manhattan', 'Annie Hall', 'Misterioso asesinato en Manhattan' o 'Match Point'.
Clásica imagen de "Manhattan" |
Woody Allen, adorado por unos y vilipendiado por otros, despreciado en los últimos tiempos en Estados Unidos y reverenciado en Europa casi desde siempre, es uno de los ‘Maestros del cine’ para Cahiers du Cinema. El libro en el que se repasa su trayectoria, publicado por Phaidon, lo escribe Florence Colombani, atendiendo a una filmografía en la que están 'Annie Hall', 'Manhattan', 'Crimenes y pecados' o 'Match Point', su trayectoria en otras artes además del cine y la influencia de su vida personal en la profesional.
“Intelectual de Manhattan, judío y neurótico”
“En cuarenta años, Allen se ha convertido en un estereotipo cultural. El hombrecito de Brooklyn encarna hoy al intelectual de Manhattan, judío y neurótico”. Así describe a Woody Allen Colombani, escritora y periodista, en la introducción del libro, editado por Phaidon al precio de 7,95 euros. Un libro en el que defiende que Allen “es un virtuoso de la comedia y un creador de tragedias inspirado, inventor de formas y creador audaz”.
Entre ‘Que pasa Tiger Lily’ y ‘Medianoche en París’
El repaso que Colombani hace de la vida y la filmografía de Woody Allen es complejo, pues en menos de cien páginas obliga a repasar 40 películas como director, y sin posibilidad de llegar a la última que ha pasado por los cines (‘Conocerás al hombre de tus sueños’) o a la que estrenará en 2011 (‘Medianoche en París’). Por eso, más que un análisis de sus películas, que también, este libro es un análisis de una forma de ver el cine y la vida.
De hecho, tanta importancia tiene esto último que el primero de sus capítulos está dedicado a su infancia, a su descubrimiento del cine (y su admiración por Ingmar Bergman, al que aludirá muchas veces en su trabajo como director) y a sus primeros trabajos como cómico televisivo, teatral y literario (el libro incluye uno de sus sketches del año 1964, antes de dar el salto al séptimo arte).
‘Si la cosa funciona’ le sirve a la autora para identificar los grandes temas del cine de Woody Allen: “lo absurdo de la existencia humana, la tentación permanente de suicidarse y el deseo de felicidad encarnado por la jovencísima esposa”. La reiterada presencia de los mismos temas divide a los espectadores entre quienes ven al director “ajeno al mundo exterior” y quienes disfrutan “del placer sin igual de encontrarse de vez en cuando con sus obsesiones”.
'Crimenes y pecados’, ‘Match Point’
Enumerando las virtudes de la filmografía de este cineasta, Colombani considera que “es difícil imaginar una década más brillante en la obra de Allen que la de 1980”, de la que ‘Crimenes y pecados’ es “la cima” (y una “película gemela” de ‘Match Point’, “desde el punto de vista formal, la más lograda de Woody Allen desde hace tiempo”). En el lado opuesto, cita sus cinco películas entre 2000 y 2004 como “perezosas y misántropas”.
El libro se detiene con profusión en laimportancia que tienen en la carrera de Woody Allen las tres mujeres con las que compartió, al mismo tiempo, su vida sentimental y sus películas, Louisse Lasser, Diane Keaton y Mia Farrow. Pero también habla de otras musas que ha tenido en la pantalla, desde Angelica Houston a Scarlett Johansson. También en su amor por Nueva York, escenario de casi todos sus trabajos.
‘Manhattan’ y ‘Misterioso asesinato en Manhattan’
Colombani completa su análisis recordando sus papeles como actor (al margen de sus propias películas); con una entrevista al director de fotografía de ‘Manhattan’, Gordon Willis, con un recorrido por la música que le atrae (“en la mayoría de sus películas suena jazz de Nueva Orleans o canciones de Cole Porter”); y la secuencia del ascensor de ‘Misterioso asesinato en Manhattan’, que supone “un espléndido resumen del sentido de lo cómico de Woody Allen”.
El libro de Cahiers du Cinema, como sucede con toda la colección ‘Maestros del cine’, es un repaso necesario para comprender la obra de uno de los cineastas más populares de las últimas cuatro décadas, uno que no ha dejado de trabajar y que cada año, casi con puntualidad británica, ofrece un nuevo estreno.
Fuente: Cine by Suite 101, http://juan-rodriguez-millan.suite101.net/maestros-del-cine-cahiers-du-cinema-woody-allen-a36775
martes, 25 de octubre de 2011
A reirse con Woody.
En esta nueva sección, vamos a reproducir la historieta con Woody Allen como protagonista. Disfrutemosla.
Fuente: Woody Allen, un libro de humor (1), Editorial Nueva Imagen, Mexico 1980.
martes, 18 de octubre de 2011
Las actrices de Woody: Louise Lasser.
La actriz cómica parece haber nacido tensa y confusa, Louise Lasser ganó su lugar en la historia de la televisión protagonizando el papel principal en la serie de 1976, "Mary Hartman, Mary Hartman", interpretando a la ama de casa con sus trenzas de longitudes estruendosas. La actriz dejó la serie después de un año y medio debido a la "presión" de la producción. (Ella también fue arrestada por posesión de 6 dólares de cocaína, en su bolso, que dijo, haber sido arrojado en su bolso distraídamente).
La hija de Sol Lasser, esa actriz pelirroja ganó por primera vez un papel en 1962, reemplazando a Barbra Streisand en el papel de show-stopping de Miss Marmelstein en el musical de Broadway "Puedo conseguirlo para usted al por mayor". Sus apariciones en el escenario incluyen "The Third Ear" (1964), una revista de improvisación, escrita y realizada por la legendaria Elaine May, y el canto de Greenwich Village, en el final. Lasser hizo su debut cinematográfico en "¿Qué pasa, Pussycat?" (1965), guionada y protagonizada por Woody Allen con quien se casó en 1966. Juntos escribieron el diálogo Inglés de la película japonesa "Que pasa Tiger Lily?" (1966).
Al igual que otras mujeres en la vida de Allen, ella co-protagonizó junto a él varias de sus primeras películas, en particular, "Toma el dinero y corre", "Bananas" (1971), y "Todo lo que Ud. quería saber sobre el sexo, pero no se atrevió a preguntar "(1972). A pesar de la cómedia "Slither" (1973), estuvo fuera de la pantalla grande hasta 1980, luego en una nueva reunión con Allen logra un pequeño papel como secretaria en "Recuerdos...". Sus apariciones en cine en los años 80 y 90, fueron poco frecuentes y generalmente pequeños esfuerzos de carácter como la madre de un adolescente con talento en "Sing" (1989), un hippie de "Rude Awakening" (también 1989) y un adivino en kooky "Sudden Manhattan" (1997). Una excepción fue su papel como esposa de Ben Gazara en "Happiness" (1998).
A pesar de su éxito en la pequeña pantalla como María Hartman, Lasser continuó apareciendo en algún TV-movie. A menudo como neurótica, apologética, o personajes exasperantes, la actriz ofreció volver como la ex esposa de Judd Hirsch, en la serie "Taxi", en 1980 y 1982, como la tía de Ed Begley Jr. en "St. Elsewhere" en 1982 y 1984, y como una mujer que causa estragos en la vida de Richard Mulligan en el "Nido vacío" (NBC, 1992).
Aunque Lasser fue delgada en sus días de juventud, cuando maduró, creció más rellena en su figura. Su mejor trabajo fue LongForm como la protagonista femenina en un pequeño pueblo, junto al sheriff Alan Alda en "¿No es chocante?" (ABC, 1973) y como Gabby junto a Charles Grodin en "Sólo tú y yo" (NBC, 1978). Lasser también tiene una carrera secundaria como profesora de interpretación en Nueva York.
Fecha de nacimiento: 11 de abril 1939 en la ciudad de Nueva York, EE.UU.
- Padre: Sol Lasser. famoso escritor de la guía anual de impuesto sobre la renta, se suicidó
Educación
- Brandeis University, Waltham, Massachusetts, en ciencia política
Hitos
- 1962 Hizo su debut en Broadway en que "Puedo conseguir por usted al por mayor" reemplazando a Barbra Streisand en el papel de Miss Marmelstein
- 1964 Apareció "La tercera oreja" improvisación
- 1965 Hizo su debut en el cine ¿Qué pasa Pussycats? . guionada y co-protagonizada por Woody Allen, primera de las siete colaboraciones con pantalla de Allen
- 1966 Junto con Allen, escribió el diálogo Inglés para Que pasa Tiger Lily?
- 1967 Una de las protagonistas en la corta vida musical de Broadway, Henry Sweet Henry
- 1971 Primera película no, en colaboración con Allen, Such Good Friends
- 1972 La última colaboración con Woody Allen durante ocho años, Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero no se atrevió a preguntar)
- 1973 Realizado TV-movie debut en Café, té o Me? (CBS)
- 1973 Papeles en Slither
- 1976 Tuvo el mayor momento de fama en el papel protagonista de la serie de televisión Mary Hartman, Mary Hartman
- 1978 Papel junto a Judd Hirsch s ex-mujer en Taxi (ABC)
- 1978 Escribió y protagonizó en la NBC TV-movie Sólo tú y yo
- 1980 Pequeño papel en Recuerdos... de Allen
- 1982 Aparición memorable en el St. Elsewhere (NBC)
- 1989 Tuvo papeles en Canta y Rude Awakening
- 1992 Hizo aparición memorable en el episodio de El nido vacío (NBC)
- 1997 volvió a los largometrajes en Sudden Manhattan
- 1998 Protagonizó una jubilada feliz en su matrimonio.
- 2000 Para el papel de la viuda, hace un anuncio personal en la comida rápida Amos Kollek s, mujeres rápidas, se proyectó en Cannes
- Fundido en 2000 Darren Aronofsky s Requiem por un sueño protagonizada por Ellen Burstyn y Jared Leto
- Papeles en 2004, buscadores de oro de la comedia National Lampoon s
- Apareció en el drama de la NBC durante el día los médicos
- Comenzó a enseñar clases de actuación
- Regresó brevemente a la serie de televisión en la comedia de ABC Sed de Vivir
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viernes, 14 de octubre de 2011
Un insulto a los artistas.
¿Hay que colorear las viejas películas?
Por Woody Allen
Ilustración de Horacio Fidel Cardo
En este mundo de potente autoaniquilación, hambrunas y SIDA, terroristas y funcionarios públicos deshonestos y evangelizadores charlatanes y "contras" y sandinistas y cáncer, ¿realmente importa si algún chico enciende el televisor y por casualidad ve "El halcón maltés" en colores? En especial si puede sencillamente girar una perilla y optar por verla en el blanco y negro original.
Yo creo que sí, que existe una diferencia y que las ramificaciones de lo que se llama coloreado no son algo maravilloso de contemplar. Dicho sin vueltas, los propietarios de miles de películas estadounidenses en blanco y negro creen que habría un público más amplio para ellas, y en consecuencia más dinero si se las reprodujera en colores. Dado que tienen computadoras que pueden poner color a obras maestras en blanco y negro como "El ciudadano", se presenta un grave problema para todos aquellos a los que les interesan esas películas y se preocupan por nuestra propia imagen como cultura.
No me referiré a la calidad del color. No es buena, pero probablemente mejorará. Actualmente es como la música funcional. No tiene alma. Todos los rostros son presentados con la misma placidez mortal. La elección de qué colores debe tener el vestuario o de qué color deben ser la habitaciones (decisiones artísticas cruciales en la realización de una película) quedan a merced del capricho y las suposiciones de técnicos en computación que no están capacitados para tomar esas decisiones.
Probablemente es falsa, aunque no vale la pena debatirla aquí, la afirmación de que los jóvenes no mirarán el blanco y negro. Y creería que si, a juzgar por la cantidad de videos musicales de moda y avisos de MTV que se hacen en blanco y negro, indudablemente sobre la base de estudios de mercado. El hecho de que audiencias de todas las edades hayan mirado a Charlie Chaplin, Humphrey Bogart, James Stewart, Fred Astaire -de hecho a todas las estrellas y películas de la llamada Edad de Oro de Hollywood- en blanco y negro durante décadas sin disminución de su placer tambíen me hace dudar de esas grandielocuentes alabanzas al color. Otro argumento que esgrimen los coloreadores es que siempre se podrá ver el original si se prefiere. La verdad, sin embargo, es que en términos prácticos lo que sucederá es que emitirán las versiones en color mientras algunas copias simbólicas de los originales en blanco y negro yacerán preservadas en bóvedas, sin promoción ni público.
Otro aspecto del problema que debe mencionarse (aunque no es el terreno crucial en el cual me afirmaré) es que las películas estadounidenses son una herencia cultural histórica que enorgullese a nuestro país en todo el mundo y deben ser vistas como se quiso que fueran.
Cualquiera se opondría a la desfiguración de los grandes edificios o pinturas, y, en el caso de las películas, lo que empezó como un entretenimiento popular, al igual que la música de jazz, ha evolucionado hasta ser una forma seria de arte. Ahora bien, alguno podrá preguntar: "¿Es arte una vieja película de Abbott y Costello? ¿Debe contemplársela del mismo modo que "El ciudadano"?" La respuesta es que debe ser protegida, porque todas las películas tiene derecho a su integridad personal y, despues de todo, ¿quien sabe qué considerarán las generaciones futuras como obras de arte de nuestra época?.
Fuente: Diario Clarin, Buenos Aires, martes 11 de agosto de 1987.
Por Woody Allen
Ilustración de Horacio Fidel Cardo
En este mundo de potente autoaniquilación, hambrunas y SIDA, terroristas y funcionarios públicos deshonestos y evangelizadores charlatanes y "contras" y sandinistas y cáncer, ¿realmente importa si algún chico enciende el televisor y por casualidad ve "El halcón maltés" en colores? En especial si puede sencillamente girar una perilla y optar por verla en el blanco y negro original.
Yo creo que sí, que existe una diferencia y que las ramificaciones de lo que se llama coloreado no son algo maravilloso de contemplar. Dicho sin vueltas, los propietarios de miles de películas estadounidenses en blanco y negro creen que habría un público más amplio para ellas, y en consecuencia más dinero si se las reprodujera en colores. Dado que tienen computadoras que pueden poner color a obras maestras en blanco y negro como "El ciudadano", se presenta un grave problema para todos aquellos a los que les interesan esas películas y se preocupan por nuestra propia imagen como cultura.
No me referiré a la calidad del color. No es buena, pero probablemente mejorará. Actualmente es como la música funcional. No tiene alma. Todos los rostros son presentados con la misma placidez mortal. La elección de qué colores debe tener el vestuario o de qué color deben ser la habitaciones (decisiones artísticas cruciales en la realización de una película) quedan a merced del capricho y las suposiciones de técnicos en computación que no están capacitados para tomar esas decisiones.
Probablemente es falsa, aunque no vale la pena debatirla aquí, la afirmación de que los jóvenes no mirarán el blanco y negro. Y creería que si, a juzgar por la cantidad de videos musicales de moda y avisos de MTV que se hacen en blanco y negro, indudablemente sobre la base de estudios de mercado. El hecho de que audiencias de todas las edades hayan mirado a Charlie Chaplin, Humphrey Bogart, James Stewart, Fred Astaire -de hecho a todas las estrellas y películas de la llamada Edad de Oro de Hollywood- en blanco y negro durante décadas sin disminución de su placer tambíen me hace dudar de esas grandielocuentes alabanzas al color. Otro argumento que esgrimen los coloreadores es que siempre se podrá ver el original si se prefiere. La verdad, sin embargo, es que en términos prácticos lo que sucederá es que emitirán las versiones en color mientras algunas copias simbólicas de los originales en blanco y negro yacerán preservadas en bóvedas, sin promoción ni público.
Otro aspecto del problema que debe mencionarse (aunque no es el terreno crucial en el cual me afirmaré) es que las películas estadounidenses son una herencia cultural histórica que enorgullese a nuestro país en todo el mundo y deben ser vistas como se quiso que fueran.
Cualquiera se opondría a la desfiguración de los grandes edificios o pinturas, y, en el caso de las películas, lo que empezó como un entretenimiento popular, al igual que la música de jazz, ha evolucionado hasta ser una forma seria de arte. Ahora bien, alguno podrá preguntar: "¿Es arte una vieja película de Abbott y Costello? ¿Debe contemplársela del mismo modo que "El ciudadano"?" La respuesta es que debe ser protegida, porque todas las películas tiene derecho a su integridad personal y, despues de todo, ¿quien sabe qué considerarán las generaciones futuras como obras de arte de nuestra época?.
Fuente: Diario Clarin, Buenos Aires, martes 11 de agosto de 1987.
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