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Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de El Revisionista, Series de antología, y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

martes, 13 de diciembre de 2016

El nuevo film de Woody.

“Cafe Society”: lo nuevo de Woody Allen con Stewart y Eisenberg

La pareja de actores que protagoniza esta nueva película de Woody Allen. Imagen: woodyallenpages.com 

La pareja de actores que protagoniza esta nueva película de Woody Allen. 

La película más reciente de Woody Allen, "Cafe Society", inaugurará este año el Festival de Cine de Cannes.
Los organizadores dijeron que la película protagonizada por Kristen Stewart y Jesse Eisenberg tendrá su estreno con alfombra roja en el festival de la Riviera Francesa el 11 de mayo.
Blake Lively, Parker Posey y Steve Carrell son actores de reparto en el filme, ambientado en el Hollywood de los años 30.



El anuncio reafirma el viejo amor del cine francés por el director estadounidense de 81. Es la tercera vez que una película de Allen inaugura el festival, después de “Hollywood Ending” en 2002 y “Midnight in Paris” en 2011.

“Cafe Society” no competirá por la Palma de Oro ni los demás premios a ser otorgados por un jurado que preside el director de “Mad Max”, George Miller.
La 69na edición del festival se realizará del 11 al 22 de mayo.

Extraído del Diario Hoy de Paraguay, http://www.hoy.com.py/espectaculos/cafe-society-lo-nuevo-de-woody-allen-con-stewart-y-eisenberg

jueves, 17 de noviembre de 2016

Mis tres peliculas favoritas.

Woody Allen escribe y dirige. No para de trabajar desde hace años. Nos ha entregado películas mejores que otras, pero siempre es un placer tenerlo. Con sus reflexiones acerca del matrimonio, el sexo, la religión, la terapia, el amor... Todo depende de la suerte, nos ha dicho en casi todas sus películas, el pesimista nato.

La rosa purpura de El Cairo

Woody Allen ha hecho tantas películas (y aún me quedan tantas por ver, y eso que he visto más de 15 de sus películas) que es difícil elegir una como preferida. Aún así, mi corazoncito se inclina por "The Purple Rose of Cairo", porque no sólo nos habla del amor por el cine, de lo importante de trasladarnos a esos mundos, sino también se torna más realista en un final agridulce donde su protagonista (Mia Farrow, siempre divina) termina engañada y triste, pero se encierra en una sala de cine y vuelve a sonreír.

Los secretos de Harry

Otra película que me gusta mucho de Woody Allen es "Deconstructing Harry". Siento que es la película en la que Woody Allen es más Woody Allen que nunca. Es un escritor, al que le cuestan las relaciones, se interponen la fantasía y la realidad, y es tan neurótico como siempre.

Crimenes y pecados

Difícil dejar afuera otras películas, pero mi tercer lugar se la dejo a "Crimes and Misdemeanors", aquel drama (que también tiene su parte de comedia) del que luego se copió a sí mismo un poco para "Match Point", en el que el protagonista, un brillante Martin Landau, batalla contra su conciencia tras las decisiones tomadas. "Somos la suma de las decisiones morales que tomamos en la vida".



Extraído del blog Enjoylandia.blogspot.com 
http://enjoylandia.blogspot.com.ar/2012/09/mis-tres-peliculas-preferidas-de-woody.html

Inspiración de la película A Roma con amor.


Abr 09th, 2013 - por 
A Roma con amor - el intercambio de casas¿Qué tal un paseo cinematográfico en las preciosas calles de Roma? De Woody Allen, A Roma con amor , trae la ciudad italiana como uno de sus principales localizaciones, como lo hizo previamente con París, en Medianoche en París y Barcelona, Vicky Cristina Barcelona .Compruebe algunos de los lugares imperdibles de la película para conseguir algo de inspiración en el  intercambio de apartamentos en Roma a medida que se enamoran de la ciudad también.
Fuente de Trevi: situada en la plaza de Trevi, la plaza es el lugar donde un turista estadounidense, Hayley, se encuentra con el Michelangelo italiano, mientras que busca de la fuente de Trevi. La pieza central de la plaza se encuentra el monumento a Víctor Manuel II, que a menudo se llama el "pastel de bodas" o "máquina de escribir de Mussolini" debido a su tamaño y forma llamativa. Sí, es el escenario perfecto para que caigan en el amor, y SPOILER ALERT, lo hacen.
La Garbatella: el encantador barrio de la Garbatella es un secreto que Woody Allen le dio distancia en la película. Completamente fuera de la mayoría de los radares de turismo, es fácil llegar en metro y es perfecto para parar para un bocado: que sin duda desea probar uno de los restaurantes en los alrededores.
Plaza de España: éste no es un lugar de sólo-personas-locales-saber oculto, pero ha sido la inspiración para artistas y músicos durante siglos y es definitivamente algo que debe ir en Roma. Plaza de España está conectado a Trinità dei Monti en la colina arriba, por la escalera más ancha de Europa, la  Scalinata della Trinità dei Monti , conocido por los extranjeros como la Plaza de España.
Villa dei Quintili: una antigua villa fuera de los límites tradicionales de Roma, que fue construido en el transcurso de la 2do. siglo. El antiguo espacio de lujo todavía ha de baño bien conservado con una piscina, caldarium (sala caliente) y frigidarium(sala fría). Las ruinas forman una increíble vista y también puede ser el lugar para diálogos profundos, al igual que los de la película.


Extraído del portal Knok.com 
http://www.knok.com/knoleskine/2013/04/09/movie-inspiration-to-rome-with-love/

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Oh, Diane, Diane, al fin solos


Por José Antonio del Pozo



     
   Siempre me gustó mucho Diane Keaton, porque la encontré adorable en Annie Hall –éramos tan jóvenes-, porque estaba, y muy bien, en El Padrino, porque me la reencontré en ese golpe bajo que es Baby, tú vales mucho, porque el reencuentro fue ya toda una celebración en Misterioso asesinato en Manhattan, sobre todo porque es una actriz que sabe sonreír  sólo con los ojos, sin mover los labios. Esos ojos en almendra que se encendieran desde adentro.

   Entonces cayó en mis manos hará un par de meses el libro de sus memorias, “Ahora y siempre”. Lo picoteé un poco por la mitad, con intención sobre todo de ver los santos y… del todo me atrapó. Me dije, alto, alto, esto merece ir despacio y con buena letra lectora. Lo saboreé entonces de principio a fin, sin prisas, como deben hacerse las cosas que merecen la pena.
    
    Bueno, lo encuentro un libro maravilloso, y esto dicho de un libro de memorias, mayor mérito aún resulta. Escrito a raíz de la muerte de la madre, es en efecto un repaso de su vida y de su carrera pero llevado a cabo con una agilidad y con una destreza literaria más que cautivadora y repleta de logros narrativos y expresivos.

   Es fantástico el tono desenvuelto y en apariencia liviano con que Keaton retrata –siempre en acción- las figuras de sus íntimos (familiares, pero también entre otros W Allen, Al Pacino, Warren Beatty, Jack Nicholson) así como su propia peripecia: sus inseguridades, la bulimia, la autocrítica, la maternidad tardía y bajo adopción, el dolor por la enfermedad y muerte de los padres, la vida). Siempre encuentra Keaton un recurso expresivo vívisimo y nada grandilocuente para trasladarnos con eficacia literaria esa emoción, esa reflexión.
    
    No sé, para mí alguien que escribe de su hijo, “me encantan tus ojos color chocolate, de alegría impenetrable, sólo tienes que entornarlos al sonreír para que el mundo parezca un buen lugar” o “los recuerdos son sólo momentos que se niegan a ser ordinarios” o ante la manta azul marino que cubre el cuerpo muerto de su padre “al menos estaba envuelto en el color del mar al atardecer” –hay decenas de fragmentos así de inspirados-  es una persona que posee un don singular.

    Tan bien escrito está el libro que, quizás al principio por pura envidia, llegó a escamarme tanta pericia. Una persona que escribe con esa maestría  ha desperdiciado su vida si –y de nada de eso se hablaba allí-, siéndole del todo factible como lo sería en su caso tras el éxito profesional, no ha desarrollado ese enorme talento en al menos un puñado más de obras.  Además, que si Diane Keaton, sobre las cualidades interpretativas que ya le adornaban, atesoraba también ese consumado dominio escritor, empezaba a cobrar para mí el perfil de una diosa demasiado perfecta para estos tiempos tan descreídos.  

   Encontré, tanto en la dedicatoria como en los agradecimientos, dos nombres repetidos (David Ebershoff , Bill Clegg), que por el Internet se sabe que corresponden a dos reputados escritores a quienes quizás haya que felicitar por haber puesto todo su arte al servicio de lo que Diane les iba contando. Las vivencias, los sentimientos, la vida que en el libro brotan, discurren y palpitan son los de Diane, y  fueron ellos quienes supieron darle esa forma tan artística. Me alegré en el fondo de  que fuera así, paladeé el libro como la extraordinaria obra literaria que para mí es,  pues hallaron ambos la fórmula mágica para tras las páginas hacerme a la vez partícipe de la intensa sensación de hallarnos allí  Annie Hall y yo al fin solos, y tan divinamente, oiga. 

Extraído de El blog de Jose Antonio del Pozo, http://elblogdejoseantoniodelpozo.blogspot.com.ar/2012/07/oh-diane-diane-al-fin-solos.html

domingo, 30 de octubre de 2016

El swing que Allen le pone al cine.

500 temas, 49 películas. “Woody Allen, músico y cineasta” es una obra monumental y reveladora sobre las bandas de sonido de sus filmes.

Por Nicolas Pichersky





 

Sí, el protagonista del último filme de Woody Allen es, como su director y guionista, un fanático del jazz. Y Allen es clarinetista: por su banda de jazz tradicional han pasado figuras como Marshall Brickman, coguionista nada menos que de Annie Hall y Manhattan, y Greg Cohen, bajista de Tom Waits y John Zorn. Por eso en su cine están las canciones de preguerra. Irreductiblemente suyas, al son de los créditos de comienzo y final: sobre fondo negro, Windsor serif cursiva, su tipografía desde que en 1977 el mundo conoció ese fragmento de la vida amorosa llamado Annie Hall.

Porque Woody Allen es una clase muy particular de director de cine, reconocible a ojos cerrados. Son los “directores DJs”: recurren sólo en contados casos a compositores y han creado todo un estilo de banda de sonido con música ya grabada. Así, podría mencionarse a Martin Scorsese, que se nutre con rhythm and blues y las canciones pop de la década del cincuenta, el blues eléctrico y hasta el punk. Stanley Kubrick se benefició de los tesoros de Strauss y Wagner, utilizó la música contemporánea de Ligeti y Shostakovich y, aún más, una canción tan trillada como “Singing in the Rain” acompañando una violación. Más cercanos en el tiempo, Wes Anderson, los hermanos Farrelly, Richad Linklater y Baz Luhrman (codirector de la actual serie The Get Down , sobre los inicios de la cultura DJ) recurren a originales o reinterpretaciones de clásicos de The Kinks, Nick Drake, Cat Stevens, Jonathan Richman, Radiohead, Nina Simone y Beyoncè. El resultado es una rockola específica y original, siempre reconocible en cada autor y justificada en cada escena.

Pero acaso “DJ Woody” es el más identificable de todos. O por lo menos así lo pensó y concibió Jorge Fonte en su paciente y absoluto libro Woody Allen, músico y cineasta . Fundamentalista y fundamental para melómanos y cinéfilos, es una obra enciclopédico de casi setecientas páginas con referencias a las más de quinientas canciones que el director viene usando desde Robó, huyó y lo pescaron (1969) hasta Magia a la luz de la luna (2014) (sólo se descartaron las películas no dirigidas por él). No existe ningún libro en castellano que se haya sumergido como este en el mundo de cada canción del director.

Ciertamente, las películas de Woody Allen, excepto un par de musicales, no son sobre música en sentido estricto, pero sus canciones son la sangre y el oxígeno que le dan el ritmo y el timing a su obra. No lo olvidemos, el señor NYC (nunca más adecuada la abreviatura: nacido y criado… en New York City) además de músico es coleccionista de discos. Fonte escribió una docena de ensayos sobre cine y su curiosidad lo ha llevado a firmar desde obras sobre un director de culto como Russ Meyer, hasta varios volúmenes sobre el universo animado de Walt Disney y Pixar. Tal vez en esta última temática radique el interés del autor por el universo alleniano, que como el de Disney es un cine inseparable de sus canciones.

Después de todo, ¿hay escenas tan universales y memoradas (descaradamente sustraídas a veces) como las del cine de Woody Allen, siempre acompañadas de su canción característica? La maratón interminable de Woody Allen/Isaac Davis para ver a Mariel Hemingway/Tracy, (agasajada en la escena final de Cuando Harry conoció a Sally , cuando Harry comienza a correr) mientras suena “Strike Up the Band” de Gershwin. O el encuentro meticulosamente casual que planea Michael Caine para cruzarse con la hermosura salvaje a cara lavada de Barbara Hershey al compás de “I’ve Heard that Song Before” por Harry James, previa lectura de E. E. Cummings (tributada también en el encuentro en el subte de la pareja de El mismo amor, la misma lluvia de Juan José Campanella).

Como en el comienzo de Annie Hall en la que el protagonista, Alvy Singer –alter ego del director–, evoca su juventud con digresiones –la pantalla lo muestra a los siete años con sus compañeros del servicio militar–, nuestros recuerdos, incluso los de las películas que amamos, son evanescentes.
Este libro viene a poner las cosas en su lugar: cada canción está detallada con su respectiva escena, información, fechas y anécdotas. Y como aclara el prólogo, se trata de un libro o bien de consulta o para leer de corrido… pero tomando aire como “un ejercicio de apnea literaria”. Si lo hacemos, la experiencia es culturalmente amplia: musical, cinematográfica y literaria. A priori, la pregunta que uno podría hacerse es sobre el “para qué” de un ensayo de estas características en tiempos en que todo circula en Internet. Pero es justamente esa la cuestión con la música en la actualidad: a medida que más escuchamos por streaming, más inaccesible se vuelve la corporeidad de un paratexto (tapa, librito, contratapa) y de un relato histórico sobre los músicos que vaya más allá del mero fetiche material.

Así, el libro es no sólo un recorrido cronológico por su filmografía musical que Fonte subdivide inteligentemente en un todo indivisible escena/canción, sino también una verdadera dècoupage musical donde las herramientas de montaje de ese raccord son compositores, letristas e intérpretes: una obra apasionante sobre música y clásicos, alrededor del estilo de Nueva Orleáns (pleno de ragtimes y de blues), y la belle époque de las big bands y el swing.

Es también un manual de standards de jazz casi sin parangones (junto con El canon del jazz de Ted Gioia) que sin embargo emprende un recorrido que atraviesa otros estilos de la música de Allen. ¿Existe acaso hoy un libro en castellano que le dedique casi cuatro páginas a una de las composiciones más fascinantes de la música moderna como “Sing, Sing, Sing”, a un blues fundacional como “Potato Head Blues” o que glose la importancia de compositores, ya no como Gershwin o Cole Porter, bastante transitados, sino de Sammy Cahn, Jimmy Van Heusen o Sammy Fain? Fonte logró trazar en letras elaboradas y horas de dedicación el anverso (el libro prescinde de cualquier imagen) de la famosa foto “A Great Day in Harlem” en la que posaron los héroes del jazz como Count Basie, Roy Eldridge, Thelonious Monk y Mary Lou Williams.

Si Woody Allen es uno de los grandes eruditos del jazz clásico, Fonte lo equilibra con una imaginería musical casi inagotable: si una canción de, por ejemplo, Bob Dylan es mencionada en uno de sus filmes –incluso sin ser parte de la banda de sonido– el autor explica el porqué y hasta la convivencia de su letra en la trama del argumento y sus personajes. Las recomendaciones de cada versión o trascendencia de cada compositor se ilustran también con ejemplos de versiones de Bruce Springsteen, James Brown o The Beatles. El cuadro de época es completo y su nivel de detalle y cinefilia es tan apabullante que hay referencias a canciones del cine de Allen que también acompañaron dibujos animados clásicos de la MGM como Tom y Jerry y los cortos de otro genio del humor, Tex Avery.

Y sin embargo en los “días de radio” de la educación sentimental de Woody Allen, no todo es swing y “todo lo que quiso saber sobre su música” también se puede conocer aquí. Como en el caso de “Adiós muchachos” de la película Scoop : podemos saber por Wikipedia que la grabó Louis Armstrong, pero difícilmente que la hayan registrado en un dueto estupendo Bing Crosby y Rosemary Clooney. El texto no se detiene allí y amplía con una semblanza de su autor, Julio César Sanders.

Woody Allen, músico y cineasta , libro osado, minucioso y también extremo, es la evidencia de que algunas de las escenas más memorables de la historia del cine no se evaporan, se añejan, innovadoras, acrisoladas y vivas, en nuestra memoria.


Extraído de Revista Ñ, http://www.revistaenie.clarin.com/escenarios/swing-Allen-pone-cine_0_1669033230.html



martes, 18 de octubre de 2016

Los actores de Woody: Danny Aiello.

Por Lorenzo Carcaterra




Para Danny Aiello, estos son los mejores tiempos, y siguen saliendo mejor. Simplemente escucha. Aquí, en medio del estruendo a la hora del almuerzo, de su restaurante favorito en el Upper West Side de Manhattan, el robusto actor toma el teléfono de una camarera sonriente. Escucha varios momentos, luego cuelga, los puños arriba. "Recibí una nominación al globo de oro!", dice. "Para el mejor actor de soporte. Spike Lee tiene uno también, y tenemos una mejor imagen!" Rumbo a su hamburguesa de espera, con sus 220 libras de peso en el asiento de la ventana de su mesa de la esquina. "Ha sido un año cojonudo," dijo suavemente, su rostro aún encendido. "Sí, Señor, un año cojonudo."


Pero no le despiertes todavía. Antes de la nominación al globo de oro (Denzel Washington tomó en última instancia los honores), ya había recibido un Los Angeles Drama Critics Circle Award por un desempeño líder, en la producción de la etapa de Hurlyburly, y los críticos de la película L.A. Award por Mejor Actor de reparto por su actuación, el hombre de la pizza de Spike Lee the Right Thing. Ahora él tiene la esperanza de una nominación a los Oscar esta semana. "Ya sabes, que solo he estado en este negocio 17 años," dice Aiello, por ese entonces de 56. "Para los actores, no es tiempo. Todo está sucediendo muy muy rápido. Es como un sueño hermoso que nunca parece terminar".




Hace veinte años, los sueños de Danny Aiello eran más frágiles. Él trabajó como una gorila en una cadena de clubes después de las horas difíciles en Queens y Manhattan, su principio de día al atardecer y terminando con el último rollo de los dados y el último puño enojado contra la carne. "Luché todo el tiempo", dice. "Siempre podría golpear un arma. Todavía se puede. Si no puedo golpear a un chico frío con cuatro golpes, algo está mal. Pero las articulaciones eran lugares brutales – chicos buscando peleas solo para decirle a sus amigos, que hay que vencer al trasero. Había perdido, no podía permitírselo. Consiguió ser arrestado cuatro veces, sin embargo. Cada vez me rescató esta lesbiana que funcionó en un par de los clubes. Ella pagó la ficha y tuvo la caída".


Para apoyar a su esposa y cuatro hijos, Aiello trastornó trabajillos y robó cuando no tuvo. "Tenía hambre, no tenía dos monedas para frotar," dice. "No tenía idea de qué camino de vida me llevaría hacia abajo, pero no se ven demasiado bien. Todo lo que tenía que hacer para alimentar a mi familia lo hice. Nunca mató a nadie o vendió drogas, pero eso no es todo".




Para Aiello, el teatro era un último refugio, desesperado, un tiro en la oscuridad. Sus amigos pensaron que estaba loco, pero finalmente los directores comenzaron a responder a la intensidad de sus actuaciones, Aiello fue capaz de transferir de las calles a la pantalla. Cuando Robert De Niro, recomendó Aiello. Danny preocupado en primera jugando a escribir. "Cuando leí el guión por primera vez, vine a mi personaje y me detuve", dice. "No quiero ser un salami, echar la masa en el aire. Pero Spike me permitió hacer lo que quería, darle razones para permanecer en un barrio negro de dimensión. Además, necesita un tio con pelotas, alguien que podría trabajar en ese barrio y no ser intimidados y nunca traicionar su carácter, simplemente por miedo. "


Lee parece estar de acuerdo. "Danny vivió una vida real", dice. "La mayoría de los actores, que han estado actuando en la escuela, han concurrido a Juilliard. Pero eso es todo lo que saben. Danny ha estado fuera de allí."


Uno de los siete hijos de una madre resuelta que trabajaba como costurera y de un padre díscolo que desvió de trabajo a trabajo, Aiello aprendió las artes de la supervivencia temprana. "Mi padre nunca estuvo alrededor", dice. "Fue casi como si él no existiera. Digo a mis amigos que estaba en Cleveland, en el negocio. A veces, cada seis meses o así, él vendría para la cena. La familia sobrevivió en lentejas, frijoles y pasta, pero cuando mi padre vino a comer, mi madre encontraría el dinero para filete. Y lo comería como si lo merecía."




"Danny lo tenía difícil, pero él nunca gimió," dice Anthony Conforti, viejo amigo de Aiello. "Él era un niño emprendedor. Zapatos brillantes en la terminal Grand Central. Vendia periódicos. Cualquier cosa para ayudar a su madre. Nunca fue el tipo de persona que esperaba que las cosas sucedan. Él siempre hizo su propia suerte."


En 1944 la familia se mudó de los conventillos de West Side de Manhattan a la sección de Fort Apache del Bronx. Allí, a los 16, durante un juego de nueve bolas en un salón del segundo piso de la piscina, Aiello asomó por la ventana y vio a Sandy Cohen. "En ese minuto me enganché," dice. "Caí en amor con la chica más hermosa en el Bronx". Dentro de ese año, Aiello se había alistado en el ejército y era un hombre casado. La pareja generó rapido una familia que creció eventualmente con tres hijos y una hija, Rick, ahora 34, Danny III, 33, Jaime, 28 y Stacey, 20. "Él era muy macho," dice Sandy de su marido de 35 años. "Él era el tipo de persona que la mayoría de las madres no quiere para sus hijas. Pero era tan lindo y tan dulce. Todavía es".


Con educación limitada ("fui a la secundaria por dos semanas") y menos capacidades, Aiello saltado a la par de su esposa, le encontró un trabajo como vendedor de equipaje para Greyhound. Dentro de un año, él trabajó a su manera hasta enviar autobuses del depósito y luego a anunciar salidas y destinos. "Todavía puedo hacer miles de ciudades en todo el país en su orden correcto", dice. "Galgo me ofreció algunos puestos de dirección, pero buscaban un disciplinario, y no es lo mío".




En cambio, corrió para la unión sindical y fue elegido para un mandato de dos años. En 1962, a la edad de 29, fue elegido Presidente de la Local 1202 de la Amalgamated Transit Unión, convirtiéndose en la persona más joven en la historia de la compañía para mantener un trabajo. "Era el primer nondriver elegido para el puesto", dice con orgullo. "Ganó por un margen de 5 a 1. Me sentí en la cima del mundo".


Pero un año después, tras apoyar una huelga salvaje de tres días, Aiello fue quitado como Presidente por la Unión, entonces, dice, demandó por $500.000 a Greyhound. "La compañía quería cambiar un ciclo de trabajo, que sentí sería perjudicial a los conductores," dice. "Le dije a la empresa que necesitaban ir a un voto de ratificación". La compañía hizo el cambio de todos modos y los conductores salieron, y los dirigentes sindicales internacionales culparon a Aiello. "Hoy en día, creo que podrían haber tomado mi caso en la corte federal y ganar," dice. "Pero entonces tenía más estómago. Me alejé de la empresa Unión para siempre."


Fue entonces cuando Bud Friedman, dueño de un club de comedia de Manhattan llamado La improvisación, tomó Aiello como un gorila. "Tenía una cara amable y un buen corazón," dice Friedman. "También necesitaba el trabajo". Entre cómicos, Aiello cantaba o probaba sus propias rutinas. "Nadie me interrumpió," Aiello dice con risa. "Creo que estaban demasiado asustados. Fue mi primer gusto del espectáculo".


Seis años más tarde, después de decenas de pegarse palos en el callejón de atrás y una carrera criminal de baja renta que prometía sólo carne de futuro, Aiello decide intentar actuar. Tenía 35 años. "Cuando él me dijo, me reí," dice Sandy. "Estábamos en tal agujero financiero que no podía ser mucho peor. Honestamente pensé que él intento de hacerlo por un año o dos y luego establecerse con un trabajo."


Danny era más optimista. "Era un hombre con prisa", dice. "Necesitaba encontrar un trabajo donde yo podría hacer mucho dinero en poco tiempo. Me pareció que actuar el camino a seguir. Estudió, no tenía tiempo. Me puse a buscar trabajo desde el principio."



Habló a su manera en un papel de suplente, en una producción de camino a la gran esperanza blanca, entonces lo rechazó cuando se enteró de que tendría que pasar 40 semanas lejos de su esposa e hijos. "Nunca me sentí intimidado," dice. "Infierno, yo he sido un disparo, casi terminé cortado en una pelea. Me he roto en las casas de otras personas. Aprendes a tírarte por ahí. Lo peor que pueden hacer es decir puedo vivir con eso".


En 1972 el autor Louis La Russo buscó reparto en actores no tan jóvenes para una película que había escrito. "Se trataba de un mafioso gay," dice Aiello. "Lo que una forma de romper." La película nunca fue lanzada, pero el papel había sido llevado a piezas pequeñas, con Robert De Niro, en El padrino, parte II y Woody Allen en El testaferro. Aiello se trasladó a la ciudad de Nueva York, en 1975 con un papel destacado en el  Off-Broadway, entonces co-estrella en Chicago de Broderick Crawford y llegó a Broadway para un corto plazo. Luego vino Gemini, una comedia doméstica que disfrutaron mucho y es ejecutada en Broadway y Aiello gana un premio Obie para mejor actor Off-Broadway. "Al principio sentí pena por él," dice Elliot Kouver, un ex actor que sabía de Aiello en la Liga de Softbol de Broadway. "Pensé que se estaba lanzando a los lobos. Un año después se convirtió en un actor.





Filmografía

  • Stiffs (2010) - Frank Tramontana
  • A Broken Sole (2006) - The Shoemaker
  • The Last Request (2006) - Pop
  • Lucky Number Slevin (2006) - Roth
  • Brooklyn Lobster (2005) - Frank Giorgio
  • The Fool (2005) - Voice of the Dummy
  • Zeyda and the Hitman (2004) - Nathan
  • Mail Order Bride (2003) - Tony Santini
  • Off Key (2001) - Fabrizio Bernini
  • El príncipe de Central Park (2000) - Noah Cairn
  • Dinner Rush (2000) - Louis Cropa
  • Mambo Café (2000) - Joey
  • 18 Shades of Dust (1999) - Vincent Dianni
  • Wilbur Falls (1998) - Phillip Devereaux
  • Bring Me the Head of Mavis Davis (1997) - Mr. Rathbone
  • A Brooklyn State of Mind (1997) - Danny Parente
  • 2 Days in the Valley (1996) - Dosmo Pizzo
  • Mojave Moon (1996) - Al
  • City Hall (1996) - Frank Anselmo
  • Two Much (1995) - Gene
  • Brothers' Destiny (1995) - Duke
  • Lieberman in Love (1995) - Joe Lieberman
  • Power of Attorney (1995) - Joseph Scassi
  • Prêt-à-Porter (1994) - Major Hamilton
  • Léon (1994) - Tony
  • Save the Rabbits (1994) - Ronnie
  • Me and the Kid (1993) - Harry
  • The Pickle (1993) - Harry Stone
  • The Cemetery Club (1993) - Ben Katz
  • Gente de Sunset Boulevard (1992) - Carmine Rasso
  • Ruby (1992) - Jack Ruby
  • 29th Street (1991) - Frank Pesce, Sr.
  • El gran halcón (1991) - Tommy "Five-Tone" Messina
  • Once Around (1991) - Joe Bella
  • The Closer (1990) - Chester Grant
  • Jacob's Ladder (1990) - Louis
  • He Ain't Heavy (1990)
  • Harlem Nights (1989) - Phil Cantone
  • The Preppie Murder (1989) - Det. Mike Sheehan
  • Do the Right Thing (1989) - Salvatore "Sal" Fragione
  • The January Man (1989) - Captain Vincent Alcoa
  • Shocktroop (1989) - John Cunningham
  • White Hot (1988) - Charlie Buick
  • Russicum - I giorni del diavolo (1988) - George Sherman
  • Alone in the Neon Jungle (1988) - Chief
  • Hechizo de luna (1987) - Mr. Johnny Cammareri
  • The Pick-up Artist (1987) - Phil Harper
  • Man on Fire (1987) - Conti
  • Daddy (1987) - Coach Jacobs
  • The Hustler of Money (1987) - Master of Ceremonies
  • Dias de radio (1987) - Rocco
  • Key Exchange (1985) - Carabello
  • The Protector (1985) - Danny Garoni
  • The Stuff (1985) - Vickers
  • Lady Blue (1985) - Lt. Terry McNichols
  • La rosa purpura del Cairo (1985) - Monk
  • Old Enough (1984) - Mr. Bruckner
  • Érase una vez en América (1984) - Police Chief Vincent Aiello
  • Broadway Danny Rose (1984) (sin acreditar)
  • Death Mask (1984) - Capt. Mike Grasso
  • Blood Feud (1983) - Randy Powers
  • A Question of Honor (1982) - Martelli
  • Chu Chu and the Philly Flash (1981) - Johnson
  • Fort Apache, The Bronx (1981) - Morgan
  • Hide in Plain Sight (1980) - Sal Carvello
  • Defiance (1980) .... Carmine
  • Lovey: A Circle of Children, Part II (1978) - Bernie Serino
  • Bloodbrothers (1978) - Artie
  • The Last Tenant (1978) - Carl
  • Fingers (1978) - Butch
  • Hooch (1977)
  • El testaferro (1976) - Danny LaGattuta
  • El padrino II (1974) - Tony Rosato
  • Bang the Drum Slowly (1973) - Horse
  • The Godmothers (1973) (sin acreditar)

Extraído del portal Wikipedia.com  https://es.wikipedia.org/wiki/Danny_Aiello
y el portal People.com http://people.com/archive/danny-aiello-vol-33-no-7/