Woody Allen, pero fuera del celuloide.
Una obra teatral de
Woody Allen que él nunca interpretó y que no fue representada en ningún país
(hasta la fecha de la nota), será estrenada mañana en el Teatro Olimpia ,de
Buenos Aires, con Rudy Chernicof al frente del reparto, dirigida por Ismael
Hase. La música utilizada es del “Gato” Barbieri. “La historia es desopilante y
el protagonista absolutamente maravilloso”, sostiene el actor. Por su parte,
Hase define a Woody Allen como “un creador sin límites”.
-Kleinman es un pequeño ser que vive en Nueva York, un
hombre-masa. Una noche es sacado de su casa por cuatro individuos que vienen a
buscarlo con el propósito de incorporarlo a un comité de vigilancia. La ciudad
es azotada por un asesino al que la policía no puede darle caza, y entonces se
crea ese comité para que colabore con la policía en su búsqueda. Kleinman, que
es un tipo muy particular, no está enterado ni de lo que hizo ese asesino ni de
la existencia del comité. Finalmente lo convencen y pasa a integrar el grupo en
cuestión. El resto es el constante ir y venir de este hombre que no logra conocer
el plan trazado para capturar al criminal como tampoco cuál es su función
dentro del plan.
Con ademan y gestos medidos, Rudy Chernicof no cuenta el
comienzo de la aventura que vive el protagonista de ¡Kaput!, la pieza de Woody
Allen que subirá a escena mañana, en el Olimpia, en cuyo hall se desarrolla la
conversación. Se trata de una obra que el talentoso artista norteamericano no
interpretó nunca y que no fue representada en ningún país. La Argentina en
consecuencia, tendrá la “premier” mundial. Refiriéndose al sentido del relato y
a su papel, Chernicof dice:
-Metido en una situación que no comprende, que no asimila,
Kleinman intenta, como primera y última instancia, saber cuál es su función y
como cumplirla. Así, el devenir de los acontecimientos le depara encuentros
absurdos con el resto de los personajes, que son –a su vez- prototípicos. Cada
uno de esos personajes (trece en total) tiene vinculaciones con el protagonista
que empiezan y terminan, pero siempre dando el pie necesario para el personaje
que sigue. La obra es desopilante en todos sus tramos. Con el rol a mi cargo me
pasa una cosa bastante extraña: es tan absolutamente maravilloso que me cuesta
mucho ponerlo frente a mí y hablar de qué es lo que quiero rescatar de él. Diría,
sí, que me preocupa enormemente el poder transmitir bien su ingenuidad de
hombre que está solo en un medio no ingenuo. Recorrer las peripecias de
Kleinman con la mayor cantidad de matices posibles es mi meta interpretativa.
A nuestro lado, con un cierto aire de timidez que incluye
una cuota de introversión, Ismael Hase –un santafesino que afronta todavía sus
primeras experiencias como director- nos define el criterio de su puesta:
-La pieza tiene más de una lectura, y mi intención es la de
hacerla accesible a todos, sin dejar de lado las metáforas que van surgiendo y
que pertenecen a una segunda lectura. Mi interpretación de esa segunda lectura
es que cada individuo tiene que saber por qué vive, y que si nos corresponde cumplir
con una determinada función debemos descubrirla por nosotros mismos. Lo que
busco es que se destaque más la puesta, de acuerdo con la idea de una primera
lectura clara y accesible, es la coherencia de la historia. Intento contraponer
esa claridad al concepto existente de que el de Woody Allen es un humorismo
intelectual, que sería para elites. Pienso que es un creador sin límites, hasta
te diría un filósofo de este tiempo, que se expresa con una singular
inteligencia, que “llega” con sus propuestas a la mayoría.
El elenco de ¡Kaput!
se completa con Jorge Pacini, Eduardo Nobili, Margarita Gralia, David Di
Nápoli, Roberto Garcia Paz, Susana Tanto, Carlos Link, Floria Bloise, Horacio
Taicher, Carlos Donigian y Pocho Martí. En cuanto a la escenografía y el
vestuario, son de Carmen Dardalia y la música es Leandro “gato” Barbieri.