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Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de El Revisionista, Series de antología, y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Fragmentos.

Parte de la obra teatral “Central Park West”, escrita por Woody Allen

El espacioso apartamento de Phyllis y Sam Riggs en Central Park West. Maderas oscuras y libros. Viven allí y es también donde Phyllis tiene su consulta de psicoanalista.

(… Carol visita a su amiga Phyllis…)

Phyllis: ¿Te apetece otra copa?
Carol: ¿Qué ocurrió?
Phyllis: ¡Oh Carol! Carol… Carol… Carol… Mi amiga Carol.
Carol: Creo que voy a necesitar esa copa.
Phyllis: Me ha dejado.
Carol: ¿De verdad?
Phyllis: Sí.
Carol: ¿Cómo lo sabes?
Carol: ¿Qué cómo lo sé? ¿Qué cómo sé que me ha dejado? Pues porque salió por la puerta con sus cosas y va a tramitar el divorcio.
Carol: Tengo que sentarme… Me flojean las piernas.
Phyllis: ¿Te flojean las piernas… a tí?
Carol: ¿Qué razones te dio?
Phyllis: Que no me quiere. Que no le gusta estar cerca de mí. Que le provoca arcadas imaginarse a sí mismo soportando para siempre la triste coreografía del sexo conmigo, Ésas son las vagas razones que me da, pero creo que sólo está siendo educado. creo que lo que realmente no le gusta es mi forma de cocinar.
Carol: Es un golpe inesperado, no tiene ningún sentido.
Phyllis: Bueno, para mí no lo tenía, pero no soy perspicaz. Sólo soy psicoanalista.
Carol: ¿Nunca te dijo nada ni llegó a insinuarte algo?
Phyllis: Nunca me dijo nada, pero tal vez se debía a que nunca hablábamos.
Carol: ¡Phyllis, mujer!
Phyllis: Bueno, ya sabes, hablábamos… No era sólo “pásame la sal”, aunque eso también salía a colación de vez en cuando.
Carol: Tienes que haber mantenido conversaciones en las que te haya insinuado algo.
Phyllis: Por decírtelo de alguna manera: hablábamos, pero los dos a la vez. lo que quiero decir es que había dos oradores y ningún oyente.
Carol: Falta de comunicación.
Phyllis: ¡Dios, carol, cómo sabes ir directamente al fondo de la cuestión!
carol: Bueno, eso debería haberte servido de señal.
Phyllis: Y me sirvió.
Carol: Bien, ¿y qué?
Phyllis: No sé, yo no escuchaba, sólo hablaba.
Carol: Y el sexo empezó a languidecer.
Phyllis: ¿Cómo lo has adivinado?
Carol: No lo he adivinado. era sólo una suposición.
Phyllis: Pues no supongas tanto. Las personas pueden dejar de comunicarse verbalmente y aún así el sexo puede continuar siendo feroz.
Carol: De acuerdo. Así que el sexo era estupendo.
Phyllis: ¿Estupendo? Era mejor que estupendo: le provocaba arcadas.
Carol: A partir de un momento determinado, las relaciones sexuales se apagan gradualmente, pero eso es sólo porque algo más profundo se ha apagado ya. ¿O es al revés? El sexo se esfuma y luego todo lo demás pierde su lustre. La cuestión es… que todo es efímero.
Phyllis: ¿De veras, Carol?
Carol: Oh, yo que sé… Está preguntándoselo a la persona equivocada.
Phyllis: No recuerdo haber preguntado nada.
Carol: ¿Así que no te dijo nada más, sólo que se iba?
Phyllis: ¿Nada más como qué?
Carol: Algo. Cualquier cosa.
Phyllis: Oh, sí. Me dijo que, aunque no formaba parte de nuestro acuerdo prematrimonial, me seguiría pagando la suscripción del Times dominical.
Carol: Pero ¿no te ha dicho dónde va?
Phyllis (cambiando de actitud): Ahora estoy empezando a reaccionar.
Carol: Phyllis, has estado reaccionando…
PhylliS: No, de haber reaccionado, hubiese agarrado todos estos documentos importantes, todo este trabajo que aún tiene pendiente, y hubiese hecho esto. (Los rompe en pedazos). Eso sería una reacción pero no soy una persona rencorosa… No soy vengativa, sino generosa y madura.
Carol: ¡Cálmate!
(Phyllis se dirige a la mesita y toma el maletín de Sam. Lo vacía y lo arroja a la otra punta del escenario).

Fuente: Portal Woody Allen Web, http://woodyallenweb.wordpress.com/fragmentos/