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Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de El Revisionista, Series de antología, y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

martes, 3 de junio de 2014

El atentado.

El atentado del 11 de Septiembre de 2011 según Woody Allen.

Nueva York es su ciudad, y siempre lo sería. Así lo dijo al comienzo de “Manhattan”: “él era tan duro y romántico como la ciudad a la que amaba”. Woody Allen, uno de los iconos de una de las ciudades más importantes del mundo, no quiere tocar el tema de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en sus películas.
“No hay nada realmente redentor de la tragedia. La tragedia es trágica, y es tan doloroso que la gente trata de darle la vuelta y decir ‘es terriblemente difícil, pero hemos aprendido algo’. Este es un débil intento de encontrar algún tipo de consuelo en la tragedia. Pero no tiene sentido. Y el sufrimiento no redime nada, no hay ningún mensaje positivo para sacar de todo ello”, dijo el afamado director en una entrevista dada a Helene Zuber en el diario alemán Spiegel.
“No encuentro temas políticos o eventos de actualidad del mundo lo suficientemente profundos como para que me interesen como artista. Como cineasta, no estoy interesado en esa fecha. Si nos fijamos en el panorama general, la visión a largo plazo de las cosas es demasiado pequeña; la historia lo abruma. La historia del mundo es así: él me mata, yo lo mato. Con maquillajes diferentes y castings distintos. Cuestiones políticas, aunque se remonten miles de años son efímeras, no importantes”, cuenta el cineasta.
A raíz de su exploración por los sentimientos humanos como ha hecho en muchos otras de sus éxitos fílmicos, Woody Allen trata así de reflejar la esencia humana. “Los mismos sentimientos y problemas que persistirán 5.000 años a partir de ahora. Al igual que las tragedias griegas que todavía nos tocan hoy, que todavía funcionan.”
Detrás de esta argumentación se puede encontrar el sentido de que Woody Allen, conocido por su amor a Nueva York, no haya querido plasmar su impresión sobre los ataques salvo con una aparición especial en 2002 en los premios Oscar -a los que nunca había asistido y a los que casi seguramente no vuelva a concurrir- y la realización de un cortometraje en tono de comedia el mismo año del suceso titulado “Sounds from a town I love”: