Datos personales

Mi foto
Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de El Revisionista, Series de antología, y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

jueves, 25 de octubre de 2018

Woody Allen by Giulio Mosca

El arte de Giulio Mosca

Annie Hall (Dos extraños amantes)


Love and Death (La última noche de Boris Grushenko)



Manhattan


Play it again, Sam (Sueños de seductor)

Take the money and run (Robó, huyó, y lo pescaron)



Extraído de weandthecolor.com/woody-allen-movie-posters-by-giulio-mosca

Woody y la entrevista de Playboy.



Por Rüdiger Sturm






Hace películas solo para no tener que reflexionar sobre la vida. Le impedimos a Woody Allen escapar de la realidad con esta entrevista. ¿Y él? Se quejó del aburrimiento de las fiestas de estreno, sus fracasos como seductor, los partidos de baseball que se perdió y la crueldad del universo. Una tragicomedia real.


Woody Allen se ve como si no pudiera agitar las aguas -la apariencia debilucha, la mirada tímida, la voz aguda-. La impresión que deja en nuestro encuentro en el hotel “Carlton” de Cannes es la misma que el ochentañero dejó ya en incontables películas. Solo sus apariciones en la pantalla se hicieron menos frecuentes en el último tiempo. En la tragicomedia Café Society solo dirigió. Pero sus verdaderas cualidades en todo caso no están en la superficie. En esta charla nos encontraremos con ¿sus chistes abismalmente profundos y filosóficos servidos con elegante liviandad? ¿Su melancolía, su idealismo y su sarcasmo casi insuperables? Su fortaleza más sorprendente son las salidas que resuenan a trivialidades superficiales. Probemos...





PLAYBOY: Sr. Allen, ¿cómo le fue en la fiesta de estreno ayer a la noche?


Woody Allen: A esa no fui. Y del estreno me fui después de la pausa.


PLAYBOY: ¿Por qué no se deja celebrar?


Allen: No me divierte. A uno lo filman, y ni yo ni mi mujer queremos ver esas grabaciones. Fue mucho más agradable cenar cómodamente con un grupo más pequeño. Pero tampoco me quedé mucho en la cena. Me da sueño muy rápido. En Año Nuevo también me voy a la cama antes de medianoche.


PLAYBOY: ¿Le empieza a cansar también su trabajo? Suena como si estuviera listo para retirarse.


Allen: Podría imaginarme dejar de hacer películas. Pero, ¿por qué debería? Todavía tengo energía, y también tengo buena salud.


PLAYBOY: Lo que me recuerda que ya llegó a los 80.


Allen: Sí, pero mis padres vivieron mucho -mi padre llegó a 100, mi madre a 95. Y necesito la distracción. Cuando hago una película, me ocupo de problemas que puedo resolver. Entonces no puede pasar ninguna catástrofe, más allá de hacer una película mala, y eso me pasó con bastante frecuencia. Pero nunca miro mis películas. De todos modos es mejor dirigir una película que estar sentado en casa y romperme la cabeza pensando en lo terrible que es la vida.






PLAYBOY: ¿Entonces no hay alternativas para usted?


Allen: Admito que sería atractivo solamente escribir libros. Soy un hipocondríaco nato y he padecido incontables aflicciones, pero hay una enfermedad a la que soy inmune: el bloqueo de escritor. Escribir es el método de relajación ideal para mí. Me acuesto en la cama, vivo en mi mundo de fantasía, invento historias y personajes y me alejo tanto como sea posible de la realidad. Solo se complica cuando redacto guiones, porque entonces tengo que dejar de escribir por un año y hacer una película con eso. Si no, no tendría ningún sentido.


PLAYBOY: ¿Qué escribiría entonces?


Allen: Quizás mi autobiografía.


PLAYBOY: ¿Por qué eso? A usted no le gusta hablar de sí mismo, ni siquiera en sus propias películas.


Allen: Sí, pero entonces podría pensar tranquilamente en mi niñez y juventud y volver a experimentar todo, en el acto de escribirlo: mis primeros encuentros con el cine, mis amigos o mis padres. Es parecido a como cuando hablo con mi hermana por teléfono. A veces nos deleitamos en los recuerdos. Eso me daría mucha satisfacción.


PLAYBOY: Pero también tendría que reflexionar sobre sus puntos más bajos, por ejemplo el conflicto en la separación con Mia Farrow, seguido de las acusaciones de abuso sexual...


Allen: Naturalmente. Estaría completamente dispuesto a ocuparme de todas las turbulencias de mi vida. Y de todo aquello de lo que me arrepiento. Pero está bien. Esos conflictos estarían en los lugares necesarios de tensión.


PLAYBOY: En sus películas, como ahora en Café Society se entrega a la reminiscencia de épocas pasadas. ¿Es usted nostálgico?


Allen: Intento evitarlo, porque sería una trampa. Cuando te pasa, te vas en el recuerdo y de pronto te das cuenta de que te estás revolcando en el pasado. Pero si alguna vez me retirara de la dirección de cine, me daría el gusto de entregarme a esa debilidad.





PLAYBOY: ¿Qué se le ocurre cuando piensa en sus buenas experiencias con las mujeres? Por ejemplo con Diane Keaton, su pareja en la vida real y en clásicos como Annie Hall.


Allen: Que como seductor fui un fracaso total.


PLAYBOY: Pero tuvo bastante éxito con el otro sexo.


Allen: Siempre fue casualidad. Algunos me preguntan por mis recetas, cómo conseguir mujeres, pero no tengo ninguna. Para mí, los fracasos fueron la regla, ya en la escuela y también después.


PLAYBOY: ¿Cómo lo lograba entonces?


Allen: Solo por la generosidad de las mujeres. Cuando conocí a Diane, de alguna manera ella llegó a la conclusión: él me gusta. Pero si hubiera sido de otro modo y yo hubiera probado todas las estrategias imaginables para conseguirla y empezar a tener una relación con ella, el fracaso habría estado programado. Siempre fue la otra persona quien me ponía en su mira y quería tenerme. Las mujeres y el amor fueron siempre el punto débil de mi vida.


PLAYBOY: Pero hizo incontables películas sobre esos temas. De alguna manera debe haber entendido cómo funciona la cosa entre los hombres y las mujeres.


Allen: Error. No sé absolutamente nada al respecto. Como cualquier persona. Nadie tiene idea, a pesar de todo lo que la gente habla de estos temas. Es simplemente imprevisible y desconcertante, porque todo pasa por el corazón, no por el cerebro. Cuando se trata del amor, las cabezas más inteligentes de la Tierra son capaces de los mayores disparates y ridiculeces.





PLAYBOY: Por otro lado, parece haber funcionado para usted. Desde 1997 está casado con Soon-Yi Previn, 35 años menor.


Allen: Eso funcionó siguiendo el mismo principio que el mejor tratamiento contra el cáncer.


PLAYBOY: ¿Cómo?


Allen: El mejor tratamiento contra el cáncer es no padecerlo nunca. Y eso es pura suerte. Eso es exactamente lo necesario para encontrar a la pareja ideal. Hay que encajar con el otro. También podría compararse con una radio. Es un aparato bastante complicado, lleno de cables. Si tan solo dos de ellos están mal conectados, no hay música. Pero uno no tiene control sobre eso. Nunca hubiera esperado encontrar la suerte en una mujer tanto menor que yo.


PLAYBOY: Pero usted está evidentemente obsesionado con estos temas. De lo contrario no haría tantas películas al respecto.


Allen: ¿Sobre qué otras cosas podría contar historias? El crimen también me fascina, por eso algunas de mis películas tratan de eso, y también Café Society. Pero al final, en la historia humana no hay otro tema que los hombres y las mujeres. Y los problemas son siempre los mismos. Lea las tragedias griegas, lea a Shakespeare. Los conflictos sociales cambian, los personales no.





PLAYBOY: Podría pensarse que usted filma este tipo de películas para trabajar con las actrices más atractivas, como Kristen Stewart y Blake Lively en Café Society.


Allen: Oh, sí. Ambas son grandes bellezas, podría hablar mucho de cuánto me gustan ellas.


PLAYBOY: ¿Se siente verdaderamente atraído por ellas?


Allen: Siento que no me rechazan, digámoslo así. Eso también es importante. Cuando tenés una actriz que te resulta repelente, es un problema. Eso lo noté yo mismo en algunos casos cuando tuve que actuar de enamorado. No es que quiera mencionar nombres. Pero de todos modos es todo menos romántico de lo que parece en la pantalla. Al final, son todos profesionales que después de una escena apasionada vuelven normalmente a la rutina diaria. Y más allá de eso, para estas damas hace tiempo que no soy interesante. Para mí se aplica la sentencia: Se mira y no se toca. Mi mujer también lo sabe, por eso no tiene ningún tipo de problema cuando filmo con estas actrices atractivas.






PLAYBOY: Usted trabajó con símbolos sexuales europeos y americanos - de Penélope Cruz a Blake Lively. ¿Hay alguna diferencia?


Allen: No, para las grandes mujeres no hay fronteras. Son parte del mundo entero.


PLAYBOY: Entre tanto, hasta Miley Cyrus pertenece a su harem filmográfico, con quien filmó la serie de Amazon Crisis in Six Scenes. ¿Sabía con antelación de quién se trataba?


Allen: Había escuchado hablar de ella. Mis hijos habían visto en su momento la serie televisiva Hannah Montana y por eso la había visto un poco. Esa serie es naturalmente bastante tonta, pero ahí es donde Miley me llamó la atención. Era divertida y manejaba muy bien los diálogos chistosos. Para mi serie, fue una actriz ideal.


PLAYBOY: ¿Cómo es que llegó repentinamente a trabajar para una compañía de internet?


Allen: Al principio no quería hacerlo. Hace dos años me contactaron para que hiciera una serie, y durante mucho tiempo me negué. Pero no aflojaban y me ofrecían sumas cada vez mayores. En un momento me dije a mí mismo: “Ya no puedo darme el lujo de negarme. Es demasiado lucrativo. Y es solo televisión, es dinero fácil”. Lamentablemente fue un error conceptual.






PLAYBOY: ¿Por qué?

Allen: Porque me costó mucho más tiempo de lo que había pensado. Fue verdaderamente difícil. Pero debo admitir que disfruté mucho las libertades artísticas. Las instrucciones eran: “Haga lo que quiera, ni siquiera queremos ver el guión. Solo llámenos cuando haya terminado”.


PLAYBOY: En realidad, a usted no podría irle mejor. Se rodea de mujeres bellas, gana buen dinero. ¿Por qué dijo antes que la vida es terrible?


Allen: Porque el universo es un lugar horriblemente caótico, donde todo se extingue - incluyendo nuestra civilización entera. Y en nuestra vida estamos rodeados de muerte, pobreza y destrucción, que nos acechan constantemente.


PLAYBOY: Pero usted dijo que tendía a la nostalgia...


Allen: Eso no quiere decir que el pasado fuera mejor. Por el contrario. Los niños morían de poliomielitis, no había cura para muchas enfermedades. La vida es un asunto duro, sin sentido y brutal.


PLAYBOY: ¿Pero lo es para usted?


Allen: No discuto que haya oasis de placer. Y yo me encuentro en uno. Pero es una circunstancia similar a estar en un campo de concentración y encontrar un cigarrillo, con el cual esconderse en una esquina por dos minutos para tener un poco de alegría. En la situación general, no cambia nada. Tuve más suerte que otros, pero al final voy a terminar en el basural al igual que el sin techo de la calle.


PLAYBOY: ¿No lo enloquece el pesimismo? En realidad parece estar de bastante buen humor.


Allen: Porque me distraigo todo el tiempo. Trabajo, hago música, miro deportes y pienso en la vida tan poco como me sea posible. Si igual no puedo sacármelo de la cabeza, entonces hago deporte. Por esa razón no puedo ver tragedias pesadas, como por ejemplo películas de enfermos terminales. Eso me da depresión.


PLAYBOY: ¿No es usted fanático del rey del drama Ingmar Bergman?


Allen: Me gustan las películas con temas serios, en tanto los problemas que aparecen se resuelvan de alguna manera. Pero nada desesperanzado. Desde mi juventud prefiero mirar comedias.


PLAYBOY: ¿Y es por eso que hizo tantas?


Allen: Cuando las cosas son trágicas, uno tiene que devolver el golpe. Si mira los clásicos del cine mudo, los héroes siempre caen en situaciones amenazadoras, y reaccionan a ellas con humor.


PLAYBOY: ¿Usted hace eso también en lo cotidiano?


Allen: Admito que con frecuencia le doy vueltas. Por ejemplo, con el clima o cuando me pierdo algún partido de baseball. Encuentro muchos motivos, pero intento contenerme porque no tengo talento para quejarme de una forma serena y entretenida. Para quienes están a mi alrededor, a la larga, sería insoportable. Por eso también resguardo a mis hijos de mis brotes de pesimismo.


PLAYBOY: Usted habla de sus hijas adoptivas en su relación con Soon-Yi Previn - ¿saben ellas del estatus de culto de su padre?


Allen: No, a ellas no les mostré ninguna de mis películas. Otras películas sí - los grandes clásicos como El tesoro de la Sierra Madre o algo de Hitchcock, eso fue parte de su educación. Pero quise que crecieran tan lejos como fuera posible del negocio del espectáculo. Quizás pasan por las filmaciones y charlan con los actores. Pero por fuera de eso tienen una vida normal, nunca caminaron por la alfombra roja, y mi mujer tampoco tiene nada que ver con la industria. La mayor parte del tiempo estoy en casa y escribo. Las filmaciones me ocupan solo unos pocos meses al año. En cualquier caso, de todos modos tengo que ocuparme de los problemas de mis hijos. Ellos son la verdadera vida.


PLAYBOY: ¿Por qué nunca se dio por vencido con la vida, cuando en realidad nada tiene sentido?


Allen: Porque como cualquier persona estoy programado para la supervivencia.


PLAYBOY: ¿Entonces nunca pensó en el suicidio?


Allen: No seriamente. Naturalmente alguna vez emergió la idea, como le pasa a todos. Pero se cancela a sí misma cuando uno tiene hijos. Tome a una persona que tiene un mal trabajo y acaba de perder a su pareja y pregúntele: ¿No quiere suicidarse? A pesar de eso, no lo hará, porque tiene el impulso de vivir. Todos buscan satisfacción, buscan experimentar la belleza.


PLAYBOY: ¿Usted también?


Allen: Naturalmente. Siempre intenté alcanzar algo, ya fuera laboralmente o en relaciones románticas. Porque tengo objetivos y sueños. Uno necesita tenerlos.


PLAYBOY: ¿Aún cuando esos sueños con frecuencia no se cumplan, como también vemos en su nueva película?


Allen: Da igual. ¿Qué puede pasar de malo? Una película fracasa. Una mujer te rechaza. La probabilidad es alta, pero eso no te mata. Siempre hay que seguir y estar preparado para fracasar, mientras uno no muera por ello. De eso se trata la vida. No renunciar a los sueños.



Extraído de www.playboyrevista.com/woody-allen

miércoles, 17 de octubre de 2018

Woody Allen: A documentary, el artista y su obra.



Woody Allen es esa clase de cineastas que tiene tantos detractores como defensores. Mientras unos acuden sistemáticamente cada año al cine para ver sus películas, otros huyen de lo que consideran la obra de un pedante, un director pretencioso que se cree gracioso. A pesar de que siempre se dice aquello de que es un cineasta más europeo que estadounidense, lo cierto es que todas sus películas destilan un sentimiento americano que quizás no sea al que estamos habituados del cine que viene de Hollywood. Pero de lo que no cabe ninguna duda es de que estamos hablando de uno de los cineastas más interesantes del panorama internacional, que no sólo ha conseguido mantenerse en activo desde que comenzara su carrera, en los años sesenta del siglo pasado, sino que ha sabido evolucionar y construir un legado cinematográfico total y absolutamente coherente consigo mismo. Y de eso precisamente es de lo que trata Woody Allen: a documentary.
No esperen enterarse de cómo y cuándo se enamoró de Soon-Yi, ni de lo que piensa de Mia Farrow, ni de la relación que mantiene actualmente con los hijos que tenía en común con la protagonista de The Purple Rose of Cairo,(La rosa purpura del Cairo).Este no es un documental sensacionalista. A Robert B. Weide, director de la película, sólo le interesa la obra de un cineasta que podríamos considerar tan constante como constantemente insatisfecho con lo que hace. Un estado neurótico que, precisamente, constituye su motor para seguir adelante, para continuar creando. Pocas veces la neurosis fue tan creativa.


Uno de los grandes aciertos de Woody Allen: a documentary es que, a pesar de que todos conocemos la vida y obra del director de Annie Hall, pocas veces recordamos cómo empezó realmente. No sólo eso, sino que, al menos hasta que concluye la tercera parte de su trayectoria como cineasta -me encanta que señalen sus grandes ciclos de la misma manera que lo hizo un servidor, y que incluso escojan algunas de mis secuencias favoritas para ilustrar algunos momentos de su filmografía-, se detiene a repasara todas y cada una de sus películas. Es posible que omitan What's Up, Tiger Lily?,(Que pasa Tiger Lily?), y aquellas en las que interviene como actor a excepción de Play It Again, Sam,(Sueños de seductor) -porque es la película en la que conoció a Diane Keaton-, pero se detiene en todas y cada una de las demás, hasta Husbands and Wife, (Maridos y esposas). Por lo visto hay una versión larga del documental destinada a la pequeña pantalla.
Además, se trata de una película aconsejable igualmente aunque no hayas visto muchas, algunas o ninguna de sus películas, por que lo cierto es que aún así seguro que conoces al personaje. Lo único que puede suceder es que te entren unas ganas incontrolables de devorar toda su filmografía. Las opiniones de sus colaboradores son honestas y no necesariamente alaban y aclaman todo su trabajo, sino que son conscientes de las carencias de algunas de ellas. Aunque como dice Mariel Hemingway, hasta en sus películas más flojas encuentras algo interesante. Y todo, absolutamente todo, es interesante en Woody Allen: a documentary.

Extraído de extracine.com

De Ruben Fleischer a Woody Allen: Emma Stone, ha nacido una estrella.


Por 


Hubo un tiempo en que Woody Allen se erigía como descubridor de grandes talentos femeninos para la interpretación. Pero en las últimas décadas, la estrategia del admirado (y odiado a partes iguales) director es la de añadir al reparto de sus nuevas y mayoritariamente insustanciales películas a actrices de renombre o que están haciéndose un lugar en Hollywood. Es el caso de Scarlett Johansson o Penélope Cruz, a quienes su participación en películas de Allen ha servido como catapulta hacia el paseo de la fama (aunque ya se estuviesen labrando su camino) pero, sobretodo, han servido a Woody Allen como importante reclamo para sus últimos films.

Una de las actrices relevación de los últimos años es, sin duda, Emma Stone, el nuevo fichaje de Woody para su próxima película, a estrenar en 2014, que se encuentra actualmente en fase de pre-producción y sobre la cual no conocemos aún detalles. Lo que sí les puedo asegurar es que servidora no se perderá el estreno del tándem Allen-Stone, aunque más por volver a ver a Emma Stone en pantalla que por descubrir el nuevo film de mi adorado Allen.



Emma Stone y Ryan Gosling en Crazy, Stupid, Love,

Si bien la carrera de Emma Stone ha entrado ya en fase de ascenso acelerado, especialmente después de películas tan comerciales como The amazing Spiderman, para la que también se prepara la secuela, su presencia en el próximo film de Woody Allen es, sin duda, una oportunidad de oro para ofrecernos algo más de su inmejorable faceta cómica pero también para lanzar su carrera en distintas direcciones. Y es que el éxito de esta jovencísima actriz (a finales de este año cumplirá los 25 y lleva ya 10 años en activo) no reside únicamente en un físico atractivo, sino en la calidad de sus interpretaciones sin importar el registro. Emma Stone es una de esas pocas actrices que demuestra que sexy and funny son dos virtudes que pueden ir de la mano.

Su carrera como actriz ha experimentado un rápido pero firme ascenso desde que en 2007 y con tan solo 19 años interpretase a Jules en Superbad, la comedia adolescente protagonizada por Michael Cera y Jonah Hill y dirigida por Greg Mottola. En los siguientes años su presencia en cartelera fue aumentando (aunque algo encasillada en comedias adolescentes insustanciales) en películas como The Rocker (2008), The house bunny (2008) o The Ghosts of Girlfriends Past (2009), hasta llegar a Zombieland (2009), película que se convirtió en un inesperado gran éxito de taquilla.



Emma Stone en Zombieland

Pero el primer papel protagonista para la actriz llegaba en 2010 con Easy A, de nuevo una comedia adolescente pero que se convertía en una película plagada de momentos divertidísimos gracias a la inmejorable interpretación de Emma Stone. En este film la actriz muestra sus puntos fuertes y es que se puede ser divertida...

...y sexy a la vez:

Un año más tarde se estrenaba Crazy, Stupid, Love (2011), probablemente una de las mejores comedias románticas de los últimos años (y no, no digo esto solamente porque el hombre más sexy del planeta, Ryan Gosling coprotagonice este film...aunque he de admitir que ayuda...y mucho). En ella Emma Stone interpreta a Hannah, una joven y atractiva licenciada en derecho que, tras comprobar que su novio no tiene intención de pedirle que se case con él, se deja seducir por Ryan Gosling (algo que, sinceramente, no me parece tan complicado). La pareja formada por esta pareja de actores cuyas carreras han alcanzado en los últimos años un imparable éxito, es sencillamente irresistible. La química entre Emma Stone y Ryan Gosling es indiscutible, y verles actuar juntos es un verdadero placer, no sólo porque ambos sean jóvenes y guapos, sino porque su capacidad interpretativa logra eclipsar su atractivo físico.



Emma Stone en The Help

El cambio de registro llegaba con The Help (2011), dirigida por Tate Taylor, en la que Emma interpreta a Skeeter Phelan, una joven que rechaza las convenciones de su época y decide cambiar el matrimonio precoz y su labor de ama de casa por cumplir su sueño de convertirse en escritora. Y mientras lo cumple, contribuirá en la lucha contra el racismo en la Norteamérica de los años 60 (o viceversa). Gracias a este papel en el que no se presenta a Emma Stone como un personaje sexy y simpático, sino como una mujer con carácter dispuesta a luchar por sus principios, pudimos comprobar que Emma Stone es una actriz polifacética, y no sólo eso, que es buena en todo aquello que se propone. Emma Stone y Andrew Garfield. Su ambivalencia le ha llevado a interpretar papeles dispares y a protagonizar en el último año películas tan taquilleras como The amazing Spiderman, de la cual se está rodando la secuela con Andrew Garfield, su pareja también en la vida real. También ha vuelto a trabajar a las órdenes de Ruben Fleischer en Gangster Squad(2013), en la que su interpretación de Grace Faraday junto a Ryan Gosling hace que sus admiradores nos preguntemos por qué no estos dos actores firman un contrato de colaboración de por vida para que podamos seguir viéndoles juntos en pantalla (lo lamento, Andrew Garfield, se que sois una pareja adorable, pero si Emma y Ryan protagonizan un remake de The Notebook, prometo volver a verla e incluso colgar en el póster del beso bajo la lluvia en la pared del salón).

Actualmente Emma Stone se encuentra inmersa en varios proyectos con directores de renombre. Está en proceso de rodaje del film The Amazing Spiderman 2 y Birdman, el nuevo film de Alejandro González Iñarritu, quien regresa a la gran pantalla después de Biutiful con un reparto de lujo, entre el que destacan Edward Norton y la magnífica Naomi Watts. También está confirmada su aparición en el nuevo proyecto de Cameron Crowe así como en Crimson Peak, dirigida por Guillermo del Toro y en la que también estará Julia Chastain. ¿Se puede pedir más?



Emma Stone y Ryan Gosling en Gangster Squad


Yo desde aquí hago un llamamiento a todos los padres del mundo con hijas con el talento de Emily Stone a dejarse convencer cuando sus hijas hagan una presentación en Power Point para conseguir trasladarse a Los Ángeles y comenzar su carrera como actriz. En ese momento, y con una presentación titulada Project Hollywood, comenzaba el éxito de Emma Stone, una gran actriz de la que esperamos poder seguir hablando durante muchos muchos años más.


Extraído de extracine.com