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Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de El Revisionista, Series de antología, y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

miércoles, 4 de abril de 2018

La rueda de la maravilla, lo nuevo de Woody.


Combinación de drama, tragedia, romance, más algo de comedia y un costado de thriller gangsteril, tiene a Kate Winslet como una mujer rota. 

Kate Winslet y Justin Timberlake. El personaje de ella ve en el joven guardavidas interpretado por él la posibilidad de salir de una vida aburrida. Foto: DIGICINE






Pablo O. Scholz

El humor agridulce es una de las marcas distintivas de Woody Allen. Como si a esta altura de su extensa carrera combinara la risa disparatada que tenían sus primeros guiones y la tragedia de sus películas más serias.

Woody Allen: "Yo no ejercería nunca de salvavidas"

La rueda de la maravilla tiene por protagonista a Ginny (Kate Winslet), una mesera, camarera o moza, como quieran llamarla, que trabaja en Coney Island a mediados de los años ’50. Vive con Humpty, su nueva pareja, alguien que “la salvó” (Jim Belushi, en esos extraños cruces de género que a Allen le gusta hacer al trabajar con actores en los que nadie pensaría en el casting) de un pasado que no revelaremos.

Los dos, con el hijito pirómano de ella, viven ahí, en medio del parque de diversiones en un semidestartalado departamento, al que llega Carolina (la ascendente Juno Temple), la hija de Humpty, huyendo de su ex que es un mafioso.

La atormentada vida de Ginny sufre un vuelco cuando se cruza con un salvavidas -en más de un sentido-, que interpretado por Justin Timberlake tiene un halo entre mágico, naif y aprovechador. Mickey sueña con ser escritor, y vaya uno a saber por qué Ginny, que supo serle infiel al baterista de jazz que era su esposo, planea serlo de nuevo con este hombre. Ah, al guardavidas también lo ve con buenos ojos Carolina.

Si Humpty se asemeja por momentos al Kowalsky de Un tranvía llamado Deseo es también porque la puesta en escena se concentra dramáticamente en el reducido departamento y en los diálogos entre Ginny y él.

Ginny, una Kate Winslet que siempre puede dar más, es una romántica que se quedó sin nafta al llegar a los 40. No es una perdedora, sí una mujer rota. Allen volvió a escribir un protagónico como el que le dio a Cate Blanchett en Blue Jasmine. No hay duda. Pero el entorno es otro.

La rueda de la maravilla es eso: una combinación de drama, tragedia, romance, algo de comedia, un costado de thriller gangsteril -los secuaces del ex de Carolina la están buscando-, protagonizada por un puñado de seres desesperanzados.

Si la esperanza es lo último que se pierde, imaginen lo que pueden llegar a hacer estos personajes a los que la falta de una perspectiva feliz, tengan la edad que tengan, 10 años, 30, 40 o 50, no les permite que la rueda de la fortuna se les detenga donde más quisieran.


Fuente: www.clarin.com/espectaculos